Conociendo los horrores de los conflictos entre la Franja de Gaza en Israel, el pastor Michael Evans ha decidido ir hasta la frontera de Ucrania y Rusia para compartir la palabra de Dios con los soldados que están en ese lugar.
El pastor Evans, hijo del nominado al premio Nobel de la Paz el sionista cristiano Mike Evans, está a cargo del movimiento del Equipo de Oración de Jerusalén, en el que ministró a muchas personas en áreas de Israel donde los misiles y cohetes eran una constante.
Pero es esta vez y con toda la tensión que existe en los dos países europeos que decidió irse hasta la frontera para compartir el evangelio con los soldados ucranianos, además de entregar alimentos y abrigos a las comunidades judías más pobres.
«Esta podría ser la única vez en mi vida que me he arrepentido de mi estatura. He estado al borde de la tierra de nadie y en las trincheras con soldados ucranianos, y las trincheras no son demasiado grandes”, dijo Evans para Charisma News en referencia a que ha sido un objetivo para las tropas rusas por su gran estatura.
Y aunque manifestó sentir algo de temor, encontró paz orando antes de salir hacia esa zona, porque confió en la promesa que Dios hizo en su palabra.
«A un nivel consciente, sí, da un poco de miedo. Pero a nivel subconsciente, no, porque oré antes de salir y tuve paz. Guardé en mi corazón lo que el Espíritu Santo me estaba hablando, y era Jeremías 29:11, sobre el Señor tiene planes y una esperanza y un futuro. Sentí que el Señor me decía eso a mi corazón, y me consoló”, contó.
Siendo una zona de peligro, no le ha importado arriesgar su vida en favor de que otros puedan conocer a Cristo y sembrar esperanza en sus corazones.
«Estos muchachos son personas muy valientes y muy duras. Hay más de 130.000 soldados rusos, por lo que no hay duda de que Ucrania está superada en número en esta lucha. Es una cosa de David contra Goliat, seguro. No vi tanques ni artillería grande, pero los soldados rusos estaban armados, con mucha más artillería pesada que los ucranianos”, destacó.
“Entré y oré, a través de un intérprete, por la paz y por la protección de Dios sobre ellos. Fueron muy receptivos a lo que les estaba diciendo. No conozco a muchos aquí que no sean receptivos al evangelio en tiempos de paz, mucho menos en tiempos de guerra”, añadió.
ara finalizar la entrevista, Evans se mostró tan honrado de haber llegado hasta un lugar como ése y compartir el evangelio con ellos, además de servir a otros que muchas veces han sido olvidados.
«Es un honor y una alegría servir a estas personas, así como a los huérfanos en este país. Estas son personas especiales y debemos amarlas como Jesús las amaría», finalizó.