a invasión rusa de Ucrania y el consiguiente aumento de los precios de la energía en todo el mundo dispararon la inflación en febrero en Estados Unidos, donde la tasa interanual llegó al 7,9 %, una cifra no vista desde enero de 1982.
El 7,9 % publicado este jueves por la Oficina de Estadísticas Laborales está cuatro décimas por encima de la tasa de enero -que ya de por sí fue de récord- y desata los peores pronósticos de cara a marzo, un mes que ya reflejará completamente los efectos de la guerra en el suministro mundial de materias primas.
Los ataques rusos sobre Ucrania empezaron el 24 de febrero, pero ya se preveían a lo largo de todo febrero, por lo que presumiblemente la cifra de hoy se vio afectada también por la anticipación del conflicto.
Rusia es uno de los mayores exportadores de petróleo y gas del mundo, y la guerra en Ucrania ha desestabilizado estos mercados en todo el planeta.
Los precios de la energía (que incluyen gasolina, crudo, electricidad y gas natural) se dispararon en febrero un 25,6 % en EE.UU., liderados por el precio del crudo, con un aumento del 43,6 % interanual, mientras que la gasolina subió un 38 %.
El precio del gas aumentó en febrero un 23,8 % interanual, y el de la electricidad, un 9 %.
La cifra de este jueves incluye únicamente cuatro días desde el inicio de los ataques rusos a Ucrania (del 24 al 28 de febrero), pero el precio de la gasolina y del crudo está marcando récords este mes de marzo a medida que el conflicto toma más intensidad, de manera que la próxima cifra de inflación podría ser todavía mayor.
Además de al crudo y al gas, la guerra también está afectando a los precios del trigo y de los metales preciosos, dos mercados en los que Rusia y Ucrania son grandes productores.
En cuanto a la subida mensual, los precios de consumo subieron en febrero ocho décimas con respecto a los de enero, según esta estadística.
Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en febrero fue del 0,5 %, con una tasa interanual del 6,4 %.
Los precios de los alimentos, por su parte, subieron un 7,9 %, especialmente los relativos a compras en el supermercado, que aumentaron un 8,6 %, mientras que los de la comida en restaurantes subieron un 6,8 %.
En cuanto a los vehículos nuevos, los precios subieron un 12,4 % internaual; y los de los vehículos de segunda mano, un 41,2 %.
Antes de la invasión rusa de Ucrania, los precios en EE.UU. ya estaba disparados a causa del desequilibrio entre oferta y demanda como consecuencia de la pandemia de covid-19, una situación que tanto la Casa Blanca como la Reserva Federal -el banco central estadounidense- estaban tratando de encauzar.
El estallido del conflicto, sin embargo, añade una nueva capa de incertidumbre y hace entrar en el tablero de juego un factor que se escapa a las políticas del Gobierno y a las herramientas monetarias de la Fed, lo que hace que vaya a ser todavía más difícil luchar contra la elevada inflación desde las instituciones estadounidenses.
El martes y el miércoles de la próxima semana se producirá una reunión de la Reserva Federal en la que ya se ha adelantado que se anunciará una subida de los tipos de interés para luchar contra la inflación desbocada.
En concreto, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, anunció el pasado 2 de marzo ante el Comité Financiero de la Cámara Baja su intención de proponer en la citada reunión una subida de los tipos de interés de 0,25 puntos.
De confirmarse, será la primera subida de tipos desde que empezó la pandemia, fecha desde la que se mantienen en un rango de entre el 0 % y el 0,25 % para dar impulso a la economía.