WASHINGTON.— “Basta, basta”, exclamó una y otra vez el presidente Joe Biden el jueves por la noche, al pronunciar un apasionado discurso a la nación en el que imploró al Congreso que tome medidas contra la violencia con armas de fuego después de los tiroteos masivos que, según dijo, han convertido las escuelas y otros lugares cotidianos en “campos de exterminio”.
Si los legisladores no actúan, advirtió, los votantes deberían utilizar su “indignación” para convertir esto en un tema central en las elecciones de noviembre.
Hablando desde la Casa Blanca, Biden reconoció los fuertes vientos políticos que soplan en contra mientras trata de aumentar la presión sobre el Congreso para que apruebe límites más estrictos para las armas, después de que tales esfuerzos fracasaran tras ataques previos.
Repitió su llamado a restablecer la prohibición a la venta de armas de asalto y de cargadores de gran capacidad, y dijo que si el Congreso no acepta todas sus propuestas, al menos debe encontrar puntos en común, como impedir que las personas con problemas de salud mental tengan acceso a las armas de fuego o aumentar de 18 a 21 años la edad para comprar armas de asalto.
“¿Cuánta más carnicería estamos dispuestos a aceptar?”, preguntó Biden después de que la semana pasada un hombre de 18 años asesinara a 19 niños y dos maestras en una escuela primaria en Uvalde, Texas, y que el miércoles un hombre matara a cuatro personas antes de quitarse la vida en un centro médico de Tulsa, Oklahoma.
Antes de eso, el 14 de mayo, un hombre de 18 años con uniforme táctico transmitió en vivo su ataque contra un supermercado en un vecindario de población mayoritariamente de raza negra, donde asesinó a 10 personas e hirió a tres más, en lo que las autoridades describieron como “extremismo violento con motivaciones raciales”.
“Esta vez tenemos que tomarnos el tiempo necesario para hacer algo”, afirmó Biden haciendo un exhorto al Senado, donde se necesitarían al menos 10 votos republicanos para aprobar la legislación. “Sé lo difícil que es, pero nunca me rendiré, y si el Congreso fracasa, creo que esta vez la mayoría del pueblo estadounidense tampoco se rendirá”, añadió.
“Creo que la mayoría de ustedes actuará para convertir su indignación en un tema central para su voto”.