Al menos 497 personas perdieron la vida en la frontera entre México y Estados Unidos durante 2019
A pesar de que a finales de diciembre el Gobierno Federal defendió su plan contra la migración irregular y afirmó que consiguió reducir cerca del 70% el número de personas que llegan a su frontera con Estados Unidos, sin embargo cifras de la Organización Internacional sobre las Migraciones (OIM), evidenciaron que es la segunda con mayor mortandad en el mundo.
El número de migrantes que murieron en su intento por cruzar el río Bravo siguió al alza durante 2019, año en que el gobierno mexicano optó por asignarle tareas migratorias a la Guardia Nacional.
Según el Proyecto de Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional sobre las Migraciones (OIM), al menos 497 personas perdieron la vida en la frontera entre México y Estados Unidos durante 2019, por delante de las 442 muertes contabilizadas el año anterior y muy por encima de los 306 casos registrados en 2014, año en que inició el conteo por parte del organismo internacional.
La cifra colocó a la frontera norte de México como la segunda más mortífera del mundo para el migrante, detrás de la ruta del Mediterráneo con destino a Europa y por delante de regiones como África subsahariana, zona afectada por enfermedades, conflictos armados y el yihadismo.
Al menos 2,959 personas perdieron la vida mientras migraban en las Américas en los últimos cinco años, de las que más del 60% (al menos 1,871) perdieron sus vidas en la frontera entre México y los Estados Unidos.
Más de 1,000 fallecimientos fueron registrados en el resto de América Latina y el Caribe entre 2014 y 2018, aunque la dificultad en cuanto a obtener informes confiables – en particular en alta mar o en zonas selváticas remotas – implica que la cifra real de muertes de migrantes es probablemente mucho mayor.
El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM informó que al menos 30,510 personas han perdido la vida al intentar migrar de forma irregular en todo el mundo. Se registraron más de 19,000 decesos y desapariciones por ahogamiento, no solamente en el Mar Mediterráneo sino también en el Río Grande, la Bahía de Bengala, y muchas otras rutas en ultramar.
Debido a la falta de fuentes oficiales de información sobre las muertes acaecidas durante viajes migratorios, y la correspondiente ausencia de detalles sobre la mayor parte de los fallecidos en tales viajes, estas cifras deben interpretarse como estimaciones mínimas.
Casi la mitad del total de muertes durante los cinco años, de al menos 14,795 hombres, mujeres y niños, fueron registradas en la ruta central del Mediterráneo entre el norte de África e Italia.
El Proyecto Migrantes Desaparecidos estima que en alta mar se perdieron al menos 17,644 vidas, en las tres rutas transmediterráneas en los últimos cinco años, lo cual equivale en ese período de tiempo a aproximadamente diez veces la cantidad de personas que se ahogaron cuando el trasatlántico de lujo, el Titanic, se hundió en 1912.
Las muertes registradas durante los procesos migratorios en África representan el segundo total regional mayor sobre los 30,000 decesos registrados desde 2014, con 6,629 muertes contabilizadas desde ese año.
Casi 4,000 de esas muertes ocurrieron en el norte de África, en donde la falta de datos confiables y de informes anecdóticos exhaustivos es una señal de que posiblemente son más los migrantes que realmente han perdido la vida.
En Asia, en donde de manera similar los datos son sumamente escasos, se registraron las muertes de más de 2,900 personas que estaban migrando, incluyendo en tal cifra a 2,191 en la zona sudeste de Asia y a 531 en Medio Oriente.
“La migración irregular plantea riesgos muy significativos para quienes emprenden tales viajes, y se necesitan con urgencia vías legales seguras de modo tal que menos personas se vean obligadas a recurrir a dicha opción”, dijo el Dr. Frank Laczko, director del Centro de Análisis de Datos de la OIM sobre la Migración Mundial (GMDAC por su sigla en inglés). “Si bien muchos ponen el foco en el Mediterráneo, la verdad de la cuestión es que las personas pierden la vida en rutas migratorias de todo el mundo”.
La mayoría de muertes ocurren por ahogamiento
Las principales causas de las muertes que se registran en el banco de datos del Proyecto Migrantes Desaparecidos hacen referencia a las arriesgadas condiciones naturales y de transporte que los migrantes deben enfrentar cuando viajan de forma irregular.
Además de las más de 19,000 muertes y desapariciones registradas por causa de ahogamiento, otras 3,800 personas han fallecido debido a las duras condiciones naturales en su ruta migratoria – entre las cuales pueden mencionarse su nivel de exposición, deshidratación y agotamiento – o diversas enfermedades combinadas con la falta de acceso a medicamentos.
Para más de 2,000 personas, las causas de su muerte siguen siendo desconocidas. En el caso de muchas personas, sus restos fueron recuperados días, semanas o meses después de su deceso en ruta – a menudo haciendo que fuera imposible para las autoridades determinar las causas de tal deceso. Los cuerpos de muchos otros no son descubiertos o recuperados.
En el Mediterráneo, diversos informes de sobrevivientes de naufragios indican que, siendo cautelosos en el manejo de las cifras, unas 11,500 vidas se han perdido en alta mar en los últimos cinco años, y los restos de esas personas nunca han sido encontrados.
Poco se sabe acerca de las identidades de los 30,510 fallecidos registrados por el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM en los últimos cinco años. Hay información sobre la edad y el género de las víctimas en un porcentaje de una cada cuatro: casi 1,600 fallecidos eran niños, 1,700 eran mujeres, y poco más de 5,000 eran hombres. De igual modo, el país de origen es conocido solamente en el caso de menos de la mitad de los fallecidos registrados entre 2014 y 2018.