La capital haitiana vivió ayer lunes una jornada de protestas, barricadas y parálisis en las actividades comerciales, un día después de un cruento tiroteo entre policías y militares registrado en el centro de Puerto Príncipe.
Una manifestación recorrió avenidas del centro de la capital, congregando a decenas de policías y de civiles, en apoyo a las demandas laborales de los uniformados.
En casi todo Puerto Príncipe las calles estaban vacías, los comercios estaban cerrados y el transporte colectivo estaba paralizado.
En la capital fue notoria una fuerte presencia de agentes de seguridad portando armas largas, al igual que fueron vistos civiles blandiendo machetes.
Eldomingo un grupo de policías vestidos de paisanos y encapuchados atacó el cuartel general de las Fuerzas Armadas; los enfrentamientos se extendieron a la céntrica plaza Champ de Mars, ubicada frente al Palacio Presidencial.
El asalto duró más de seis horas y causó al menos dos muertos, entre ellos un policía y un soldado, y diez heridos, incluyendo tres civiles, según balances del Ejército y de hospitales.
Los policías también atacaron la sede de la Radio Televisión Caraibes e incendiaron varios vehículos de la emisora, según denunciaron periodistas de ese medio.
El Gobierno de Haití calificó de «intento de golpe de Estado contra un presidente de la República elegido legítimamente por el pueblo haitiano» el enfrentamiento entre policías y militares.
«¿Cuál puede ser el futuro del país y de la institución, cuando los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, valiéndose de su condición y del equipo que el Estado le ha confiado para servir y proteger a la población, se unan a los individuos armados ilegalmente de todo tipo para atacar a los ciudadanos y a sus hermanos de armas de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas?», dijo el ministerio de Justicia.
Estos incidentes «siguen violando los derechos de ciudadanos pacíficos y empeoran la situación económica del país. El Gobierno toma una posición (en favor) por los militares», dijeron las autoridades.
Mientras, el director general de la Policía Nacional de Haití, Normil Rameau, reconoció que las reivindicaciones de policías son justas y legitimas, pero llamó a sus agentes a evitar la infiltración en sus demandas, «porque la Policía Nacional es una policía apolítica».
«La Policía no tiene preferencia ni pertenencia. Su pertenencia y su preferencia es la población haitiana y las leyes de la República y los reglamentos de la Policía Nacional», afirmó Rameau en rueda de prensa.
En una nota publicada hoy, las Fuerzas Armadas condenaron el ataque, cometido por «individuos orientados a la destrucción del país y de los suyos propios».
Tras los incidentes, el Gobierno haitiano canceló ayer las celebraciones del Carnaval en Puerto Príncipe a fin de evitar «un baño de sangre».
Las autoridades calificaron los hechos vividos en el centro de Puerto Príncipe como una «situación de guerra», con tiroteos durante toda la jornada y calles bloqueadas.
El Gobierno se preguntó en un comunicado por qué los policías adoptan «un comportamiento extremista» en lugar de sentarse a negociar con el Ejecutivo, que tiene «la mano tendida».
Los policías se han manifestado varias veces este año para pedir mejorías salariales, el derecho de crear un sindicato y otras demandas laborales.
Para presionar al Gobierno, la semana pasada trataron de boicotear el Carnaval prendiendo fuego a las escenarios que había montado el Ejecutivo en Champ de Mars.
Haití atraviesa una fuerte inestabilidad sociopolítica desde julio de 2018, por la debilidad de la economía, las acusaciones de corrupción que salpican al presidente Jovenel Moise y por la creciente inseguridad.