Estos religiosos elegidos se suman al grupo de cardenales que tienen una participación en la elección del próximo Papa, aunque muchos de ellos tiene ideologías que no están alineadas a las enseñanzas de la iglesia.
El Papa Francisco ha elegido 13 nuevos clérigos para el colegio cardenalicio, nueve de los cuales son elegibles para votar por el próximo sumo pontífice que lo reemplace.
Esto eleva el número de cardenales electores designados por el Papa al 57% del total; lo que aumenta las probabilidades de que siguiente pontífice a elegir comparta la misma visión que Francisco para la iglesia católica.
Entre este grupo de religiosos, se encuentran varios arzobispos que mantienen posturas heterodoxas; lo que quiere decir que están en desacuerdo con algunos aspectos de la doctrina que profesan.
Algunos de ellos son Wilton D. Gregory de Washington, DC; el maltés Mario Grech, Secretario del Sínodo de los Obispos con sede en el Vaticano; el italiano Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano; y Celestino Aós Braco de Santiago, Chile.
Pero sin duda el más polémico entre ellos es el arzobispo Gregory, quien ha causado controversias durante los últimos años por sus puntos de vista heterodoxos.
También es un de los pocos religiosos con un alto rango dentro del catolicismo que tiene perspectivas pro-LGBT.
El pasado mes de junio, el reconocido arzobispo Carlo Maria Viganò acusó a Gregory de ser un «falso ministro».
«Desafortunadamente, la Iglesia Católica está dirigida por muchos pastores falsos», dijo Viganò. «No los sigas, ya que te llevan a la perdición».
Todos estos acontecimientos causan preocupación en la comunidad católica, haciendo pensar a muchos que las perspectivas tradicionales, bíblicas y religiosas de la iglesia puedan perderse en poco tiempo.