MADRID.- Imprescindibles ya para realizar numerosas labores durante emergencias y catástrofes o tareas de seguridad y de vigilancia, los drones se preparan ya para compartir en los próximos años el espacio aéreo con las naves tripuladas y para prestar servicios como el reparto de mercancías e incluso el transporte de personas.
Popularizados durante los últimos meses por la labor y las imágenes que captaron durante la borrasca Filomena, en los incendios forestales del pasado verano, o por el trabajo que están realizando en la isla de La Palma desde que comenzó la actual crisis volcánica, estos dispositivos ofrecen ya en algunos países servicios como «aerotaxis», entregan paquetes, fumigan superficies o reparten medicamentos.
La tecnología más innovadora y avanzada en este sector, y entre ella los aerotaxis que ya están transportando personas de manera autónoma en algunos países o el gigantesco dron que utilizó la Unidad Militar de Emergencias (UME) para fumigar grandes extensiones como medida preventiva durante la pandemia, estará expuesta a partir de mañana en la feria Expodrónica.
La feria, que se prolongará durante tres días, coincide este año con la celebración en las instalaciones de Ifema en Madrid del Congreso Mundial de Gestión del Tráfico Aéreo, en el que participarán representantes de más de 100 países y de 130 empresas del sector, y que será inaugurado mañana por el rey Felipe VI.
Los expertos están convencidos de que las aeronaves no tripuladas compartirán el espacio aéreo en los próximos años con las naves tripuladas, y han observado a EFE que el nuevo marco normativo que existe en Europa, que entró en vigor a principio de año y que se desplegará por completo en 2023, propiciará «y normalizará» la convivencia de todas las aeronaves (tripuladas o no) en el cielo.
La directora de Expodrónica, Isabel Buatas, ha manifestado que esa convivencia será «eficiente y segura», y ha asegurado que algunos de los escenarios más recientes, como la pandemia o las diferentes emergencias que se han sucedido durante los últimos meses, han contribuido a superar las barreras «de confianza» que podían tener todavía muchas personas y a mejorar la aceptación pública de esta tecnología.
«Los drones han demostrado su utilidad de una manera muy clara, y situaciones de crisis como la pandemia, la borrasca Filomena o el volcán de La Palma los han convertido en imprescindibles», ha señalado Isabel Buatas a EFE, y ha observado que estos dispositivos han pasado en diez años de ser un producto propio de la industria recreativa y audiovisual a ser «la solución» para muchos desafíos de seguridad, emergencias o salvamento.
Y «el paso definitivo» será, a su juicio, la integración y la convivencia de los dos sectores (la aviación tripulada y los drones) en el mismo espacio aéreo, y ha subrayado la trascendencia en ese sentido de la cita en Madrid que va a reunir a la industria y a los responsables de la gestión del tráfico aéreo para avanzar hacia la nueva movilidad aérea «y la construcción del cielo del futuro».
Entre la tecnología que estará en Madrid los próximos días destaca el taxi aéreo fabricado por la empresa china EHang que ya transporta personas de una forma autónoma, o el dron de casi tres metros de envergadura -de la empresa DJI- que ya usó el Ejército para fumigar grandes extensiones durante los peores momentos de la pandemia y que se está empleando en labores de «agricultura de precisión».
El consorcio español de empresas UMILES, proveedor de servicios de aeronaves pilotadas por control remoto, expone en Madrid el primer dron aerotaxi fabricado por completo en España y con el que espera empezar a prestar servicios en los próximos años, y varios cuerpos policiales mostrarán los vehículos que han adquirido para situaciones de emergencias y seguridad, para acceder a zonas contaminadas o para aterrizar en zonas confinadas.