REDACCIÓN INTERNACIONAL.-Las autoridades reguladoras estadounidenses decidieron la expulsión de su mercado a una división de China Telecom, una de las tres grandes operadoras estatales chinas y a la que consideran una amenaza de seguridad nacional, en medio de crecientes tensiones con Beijing.
La votación de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) ordena a China Telecom Americas, controlada por Beijing, que suspenda el servicio en 60 días, poniendo fin a una operación de casi 20 años en Estados Unidos y sin duda intensificando las tensiones entre las superpotencias económicas.
La propiedad y el control de la empresa por parte del gobierno chino plantean importantes riesgos para la seguridad nacional y la aplicación de la ley, “al brindar oportunidades para que Beijing acceda, almacene, interrumpa y / o desvíe las comunicaciones de EEUU, lo que a su vez les permitiría participar en actividades de espionaje u otras dañinas contra Estados Unidos”, afirmó la FCC en un comunicado.
China Telecom ha enfrentado turbulencias en Estados Unidos durante años, particularmente durante la reciente presidencia de Donald Trump, cuando la compañía fue eliminada de la lista de la Bolsa de Valores de Nueva York junto con las firmas de telecomunicaciones estatales China Mobile y China Unicom luego de una orden ejecutiva del mandatario republicano.
En abril de 2020, el Departamento de Justicia de Estados Unidos amenazó con poner fin a los tratos estadounidenses de China Telecom aludiendo “riesgos sustanciales e inaceptables de seguridad nacional”. La conducta y las comunicaciones de las agencias del gobierno estadounidense “demuestran una falta de honestidad, confiabilidad y fiabilidad”, dijo entonces la FCC sin dar detalles.
El gobierno chino ha dicho que tomará medidas para proteger a sus empresas, aunque aún no ha anunciado represalias por su situación en el mercado estadounidense.
Los reguladores estadounidenses también han tomado medidas contra otras empresas de telecomunicaciones chinas. La administración Trump comenzó en 2018 una campaña agresiva para interrumpir las ambiciones globales de Huawei, imposibilitándole al gigante tecnológico acceder a componentes clave y prohibiéndole el uso de los servicios de Android de Google.
Las operadoras están en una lista negra del gobierno estadounidense de entidades a las que el Pentágono considera implicadas en desarrollo militar. Otras son empresas estatales de petróleo, proveedores de procesadores y tecnología de video, así como constructoras, firmas aeroespaciales, navieras y de equipamiento de energía nuclear.