A veinticuatro meses de las elecciones la República Dominicana continúa sin aprobar las reformas fundamentales para su desarrollo, mientras los principales partidos políticos se lanzaron a una prematura campaña electoral en medio de duras críticas al gobierno de Luis Abinader por la inflación galopante que afecta la población y el manejo de la crisis postpandemia y guerra de Ucrania…
En el 2024 se celebrarán dos elecciones separadas, las municipales en el tercer domingo de febrero, y las presidenciales y legislativas el tercer domingo de mayo (día 19). En esta ocasión se ampliarían las posibilidades de una tercera elección el 30 de junio, si ningún candidato presidencial obtiene el 50% más un voto.
La fecha sorprende a la Junta Central Electoral (JCE), que organiza estos comicios, con dificultades para cumplir su cronograma de trabajo, y en la mente de los votantes revolotea todavía el trauma de 2020, cuando colapsó el sistema de voto automatizado en las municipales y se pospusieron todos los procesos en medio de la pandemia del Covid-19 y masivas protestas cívicas.
Al cumplir su primer año de gobierno, el presidente Abinader llamó al liderazgo dominicano a un diálogo nacional y propuso doce reformas consideradas esenciales para atacar de raíz los males que impiden avanzar la nación caribeña hacia el desarrollo, pero las discusiones se estancaron en los temas esenciales y se teme el fracaso de la iniciativa.
Reformas no avanzan
Las reformas sometidas a debates por el Ejecutivo en el Consejo Económico y Social (CES) fueron Transparencia e Institucionalidad, que plantea con vehemencia una reforma a la Constitución para transformar la justicia y consolidar la independencia del Ministerio Público. Esta propuesta fue rechazada por los partidos opositores al considerarla inoportuna y quedó en el tintero.
Igual suerte corrió la propuesta de una Reforma Fiscal Integral pendiente por décadas, y que planteaba la transformación del sistema de gastos, ingresos y eficiencia gubernamentales, para propiciar un crecimiento económico con desarrollo y sostenibilidad de las finanzas.
Otra reforma propuesta por el mandatario que no avanza con la celeridad esperada es la Policía Nacional, donde en las últimas semanas se han destapado escandalosos casos de muertes de ciudadanos golpeados en los cuarteles, y violaciones a los derechos humanos y la libertad de prensa cometidas por sus agentes.
Entre el conjunto de reforma se desconoce además el destino que correrán en las mesas temáticas del CES las sensibles herramientas del sector eléctrico, sector agua, modernización del Estado, calidad educativa, salud y seguridad social, transporte, hidrocarburos y sector laboral.
Hasta ahora en las discusiones solo se exhibe el éxito alcanzado en el tema de la reforma para la Transformación Digital, que persigue aprovechar el uso de las tecnologías de información y de comunicaciones en las dependencias del gobierno y demás estructuras sociales y productivas del país.
Preocupan elecciones
A las doce reformas propuestas por el presidente Abinader en su discurso a la nación el 18 de agosto de 2021, se agregó en el CES otra considerada de vital transcendencia para el fortalecimiento de la democracia dominicana: El Sistema Electoral, víctima de todo tipo de tratativas y conciliábulos políticos y económicos.
No obstante, el país quedó sorprendido cuando los representantes de los partidos también se retiraron del diálogo el 31 de marzo, dejando plantados a los demás integrantes de la mesa temática electoral, donde se debatían las reformas y modernización de las leyes 15-19 del Régimen Electoral, y 33-18 de Partidos Políticos.
El presidente de la JCE, Román Jáquez, advirtiendo que se agota el tiempo para el montaje de las elecciones de 2024, no tuvo otra alternativa que tomar la propuesta y depositarla de manera paralela en el Congreso Nacional, donde tanto el Senado como la Cámara de Diputados prometieron iniciar las discusiones.
Toda esta situación ha comenzado a afectar el cronograma de trabajo de la JCE, que todavía no define el tipo de tecnología a utilizar para el escrutinio de los votos, que ha sido siempre el motivo de mayor preocupación de la ciudadanía y de conflictos en el mundo político dominicano.
En las elecciones de 2020 la institución se vio precisada a recurrir al conteo manual y desechar los equipos tecnológicos que colapsaron en los comicios municipales de febrero, pese a que habían costado decenas de millones de dólares al Estado.
La JCE es también motivo de choques con los partidos políticos, principalmente de oposición. Entre los casos recientes resaltan la objeción a la reestructuración del Departamento de Informática, y la amenaza de impugnar la designación de integrantes en 58 Junta Municipales Electorales, una importante tarea todavía inconclusa.
Campaña se adelanta
Los habitantes de este país admiten que siempre están en campaña política, por lo que no resulta extraño a dos años de las elecciones presidenciales, legislativas y municipales, el activismo que manifiestan los partidos Revolucionario Moderno (PRM), de la Liberación Dominicana (PLD) y Fuerza del Pueblo (FP).
Sus procedimientos están regidos por las leyes de Partidos y Electoral, pero la permisividad legislativa y los principios del derecho consuetudinario limitan el alcance de las regulaciones y medidas coercitivas atribuidas a la JCE, para aplicarlas cuando atraviesan la raya.
Ayer el gobernante PRM reeligió su máxima dirección, mediante una Convención Nacional de delegados cuestionada por grupos minoritarios. Se da por descontado que a partir de hoy se dimensionará la campaña en favor de la reelección del presidente Abinader, quien enfrentaría el próximo año las incipientes precandidaturas internas de Guido Gómez y Ramón Alburquerque.
En cambio, el opositor PLD mantiene en campaña a seis precandidatos presidenciales: la exvicepresidenta Margarita Cedeño; el alcalde de Santiago Abel Martínez; Francisco Domínguez Brito, Maritza Hernández, Luis de León y Karen Ricardo. La organización, liderada por el expresidente Danilo Medina, impedido de postularse, adelantó al 16 de octubre próximo una consulta nacional para elegir su candidato.
La JCE, que ofreció apoyo para el evento, advirtió sin embargo que ese resultado no afectaría el derecho de los demás miembros del PLD que no participen ahora, para manifestar posteriormente sus intenciones de aspirar a la Presidencia, debido a que las disposiciones legales fijan la precampaña y la escogencia de candidatos el próximo año.
En la intensa campaña política también participa el expresidente Leonel Fernández quien luego de abandonar el PLD en octubre de 2019 formó el partido Fuerza del Pueblo, del cual se mantiene como candidato único después de lograr un tercer lugar en las elecciones pasadas.
Fernández reanima su liderazgo con el apoyo de miles de dirigentes y militantes de su antigua organización, de la que fue presidente desde el año 2000 hasta su renuncia. Esto ha permitido que Fuerza del Pueblo se posicione hoy entre los tres primeros lugares dentro de un denso sistema político que lleva a cuestas otros 25 partidos.
Todos estos acontecimientos que se registran en el país a dos años de las elecciones, podrían advertirse como una premonición de la intensificación de las luchas por el poder a medida que avance el tiempo. Todo al margen del crecimiento económico, las secuelas de la guerra en Ucrania y los esporádicos rebrotes del Covid-19.