Ninguna cocina está completa si no hay cebollas. Tal vez te hagan llorar, pero están de tu lado cuando se trata de la salud. Tanto la blanca como la morada o roja tienen vitamina A, B y C, calcio, magnesio, fósforo, hierro y potasio. Sus principales activos son la alicina y la aliína, componente a los que se les atribuyen varias propiedades medicinales, entre ellas efecto anti inflamatorio y antioxidante.
La cebolla morada o roja es más rica en antioxidantes que la blanca, toda vez que contiene antocianinas, los pigmentos responsables de su color rojo o morado y que ayudan a prevenir el cáncer y enfermedades del corazón; también contribuyen a preservar la memoria, a cuidar el tracto urinario y a retrasar el proceso de envejecimiento.
La cebolla morada o roja contiene en mayor cantidad que la blanca, quercetina, un nutriente con gran poder antioxidante que ayuda a proteger las células contra el daño oxidativo y prevenir tumores malignos, además, tiene efecto anti inflamatorio y anti alérgico, y favorece la circulación sanguínea. La quercetina se ha utilizado como terapia para enfermedades cardiovasculares, colesterol alto, cataratas por diabetes, inflamaciones, entre otras.
La cebolla morada sería un efectivo remedio natural para regular los niveles de glucosa en sangre en las personas que viven con diabetes. De acuerdo con investigadores de la Universidad de Gezira, en Sudán, la glucoquinina, así como su rico contenido en flavonoides y azufre, tienen efecto hipoglucemiante y estimulan la segregación del jugo pancreático que ayuda a descomponer las grasas, proteínas y carbohidratos de los alimentos.
Una buena forma de tratar la osteoporosis de manera natural es aumentando el consumo de cebolla morada. Según investigadores de Biología del Hueso de la Universidad de Berna, Suiza, aumenta la densidad de los huesos con un beneficio superior al de la calcitonina, que es el fármaco que más se emplea para tratar la osteoporosis que suele producirse como consecuencia de la menopausia.
La cebolla morada es gran amiga de nuestro sistema digestivo, combate el estreñimiento y ayuda a prevenir los parásitos intestinales, gracias a su rico contenido en quercetina. Además, la quinina que contiene estimula el hígado, la vesícula, el páncreas y favorece las funciones del estómago y tiene un efecto neutralizador de los ácidos, con lo que activa la secreción de los jugos gástricos que favorecen la salud de la flora intestinal.
Por otro lado, la cebolla blanca es uno de los más poderosos cardioprotectores que existen en la naturaleza. La enzima alinasa que contiene ayuda a adelgazar la sangre y reducir los niveles de colesterol “malo”, con lo que mantiene la elasticidad de las arterias y limpia la grasa. Un estudio de la Universidad de Pennsylvania asegura que comer una cebolla mediana al día reduce el riesgo cardiovascular y el colesterol en un 15%.
Además de hacernos llorar, parece que las cebolla blanca o morada puede ser muy efectiva en la lucha contra el cáncer. Un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Madrid descubrió que la piel externa de la cebolla es rica en un conjunto de sustancias que ayudan a prevenir el cáncer. Los compuestos azufrados, la quercetina y el selenio resultarían útiles en la prevención del cáncer por sus efectos antioxidantes.