La buena noticia es que los grandes avances producidos pueden cambiar la historia del paciente que lo padece.
Cada año se diagnostican casi 35.000 casos de cáncer de próstata en España.
De ellos, alrededor de un 30 % progresa a fases avanzadas, bien por metástasis, bien por una recaída tras un primer abordaje terapéutico.
Así se ha puesto de manifiesto en el encuentro ´Cáncer de próstata: ¿por qué es tan importante “llegar a tiempo” en fases avanzadas?’, organizado por la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) y Astellas Pharma.
En esta jornada han participado el doctor Javier Puente, director de Instituto de Oncología del Clínico de Madrid; Antonio Gómez Caamaño, jefe de Oncología Radioterápica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela; y Antonio Alcaraz, jefe de Servicio de Urología del Clinic de Barcelona.
Este último facultativo ha llamado la atención sobre la carga genética de este cáncer que se produce cuando las células de la próstata – glándula del aparato reproductor- crecen y se multiplican sin control.
“Tener un familiar con cáncer de próstata multiplica por 2,4 el riesgo de padecer esta dolencia (un 25 por ciento) y tener dos familiares de primera línea lo multiplica por 4 (un 40 % más)”.
Llegar a tiempo
Durante el encuentro, moderado por Emilio de Benito, presidente de Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), se puso de manifiesto la importancia del cribado poblacional para detectar precozmente su posible existencia.
Además, se hizo hincapié en el seguimiento estrecho del paciente ya diagnosticado con enfermedad avanzada para detectar también de forma precoz cuando deja de responder a la terapia hormonal.
Los estadios localizados y avanzados, aunque en principio son muy distintos, comparten entre sí algo fundamental: la importancia del diagnóstico a tiempo para lograr una mejora de la supervivencia y calidad de vida.
En estadios iniciales, la detección precoz del cáncer de próstata ha demostrado reducir la mortalidad en un 20-25 por ciento.
En los casos en que el paciente ya ha desarrollado metástasis, además de tratamientos farmacológicos capaces de aumentar la supervivencia y mejorar su calidad de vida, también es posible utilizar radioterapia.
Tras defender la importancia del abordaje multidisciplinar, Gómez Caamaño señaló que aunque es una modalidad de tratamiento curativa en estadios iniciales, la radioterapia también tiene un importante valor en pacientes con enfermedad avanzada, controlándola “tanto a nivel de la próstata como en metástasis localizadas en ganglios o hueso”.
Cáncer de próstata: síntomas
Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), el cáncer de próstata no causa ninguna alteración perceptible en las fases iniciales de la enfermedad.
De acuerdo con la misma fuente los síntomas locales que pueden presentarse son los siguientes:
Urgencia miccional: imperiosidad de hacer pis o incluso pérdida involuntaria de la orina.
Aumento de la frecuencia de orinar, tanto por el día como por la noche (nicturia).
Disuria: dolor y escozor durante la micción.
Retardo en el inicio de la micción y disminución de la fuerza o intermitencia del mismo.
En ocasiones la uretra se obstruye por el tumor y aparece retención urinaria (obstrucción).
Goteo posmiccional.
Sensación de vaciamiento incompleto de la vejiga.
Crecimiento o dolor mamario. Aunque poco frecuente, los tumores de células germinales pueden causar aumento de las mamas (ginecomastia) o dolor en las mamas.
Esto es debido a que este tipo de tumor puede segregar altas cantidades de una hormona llamada HCG (Gonadotropina Coriónica Humana).
Fases avanzadas
Existen algunos síntomas generales que suelen aparecer en las fases más avanzadas de la enfermedad, como son la pérdida de peso o apetito, dolor óseo localizado, anemia, edemas (hinchazón) en los miembros inferiores e insuficiencia renal.
Si se aprecia cualquiera de los síntomas mencionados, aconseja la AECC, debe acudirse al médico para realizar un diagnóstico cuanto antes.
Estos síntomas también pueden aparecer asociados a enfermedades benignas.
Antes de asumir que tienes una enfermedad grave, espera a conocer el resultado de las pruebas.
Factores de riesgo
La misma fuente señala que el hecho de presentar alguno de estos factores de riesgo no implica que una persona vaya a desarrollar necesariamente un cáncer de próstata a lo largo de su vida.
En la actualidad, y de acuerdo con la AECC, se conocen factores que parecen tener relación con el cáncer de próstata; entre ellos destacan:
Raza: el cáncer de próstata presenta grandes variaciones de incidencia según la zona del mundo.
En Europa son los escandinavos los que mayor incidencia registran. En los países del sur como España, Grecia o Italia hay una tasa más baja.
El cáncer de próstata es más frecuente (aproximadamente un 70 %) en varones afroamericanos que en varones blancos americanos.
Los hombres de ascendencia asiática o los habitantes de las islas del Pacífico tienen las tasas más bajas de incidencia y mortalidad.
Herencia: se estima que un 10 % de los casos pueden presentar un componente hereditario.
Diversos estudios han demostrado que aquellos varones con antecedentes familiares de primer grado (padre, hermanos) presentan un riesgo dos veces superior de padecer esta enfermedad.
Edad: el cáncer de próstata es una enfermedad que, fundamentalmente, afecta a varones con edad avanzada: el 75% de los casos son mayores de 65 años.
Hormonas: el inicio y la progresión están influenciados por los andrógenos (testosterona).
Se sabe que estos tumores disminuyen o desaparecen cuando lo hacen los niveles de dicha hormona.
Dieta: hay evidencia de que las dietas con alto contenido en grasas puede aumentar el riesgo.