Se cree que la decisión tomada por este importante organismo marcará un antes y un después en la protección de derechos de las minorías sexuales en Estados Unidos.
La Corte Suprema de esta nación determinó el pasado lunes que las protecciones federales contra discriminación por razón de sexo en los lugares de trabajo, ahora también amparan a las personas sin importar su orientación sexual.
De acuerdo con el más alto tribunal norteamericano, aquellos empleadores que despidan a algún trabajador por ser homosexual o transgénero, está violando la ley de los derechos civiles.
En una decisión con 6 votos a favor y 3 en contra, la Corte estableció que la ley federal de 1964 que prohíbe la discriminación laboral por sexo o género, también incluye a las minorías sexuales.
Ciertamente, el fallo es una rotunda victoria para la comunidad LGBTI (lesbianas, gays, transgénero, bisexuales e intersexuales) y sus aliados.
Pero por otro lado, es un revés para el presidente Donald Trump; quien defendió la ley original de 1964. La cual se limitaba a prohibir la discriminación de una persona por ser hombre o mujer.
Sorprendentemente, la decisión se produjo cuando se creía que la Corte Suprema se estaba volviendo más conservadora; esto por la incorporación de los jueces Neil M. Gorsuch y Brett M. Kavanaugh.
«Hoy debemos decidir si una persona puede ser despedida simplemente por ser homosexual o transgénero», dijo la Corte en su fallo. «La respuesta es clara».
Cabe destacar que la Casa Blanca ha afirmado que vivirá con la orden del tribunal, por ser “muy poderosa”.
Cómo afecta a la fe
Acerca de esto, la comunidad cristiana se encuentra indignada por lo que esto significa ahora.
La decisión del importante organismo “obligará” a empresas y organizaciones cristianas a contratar a personas pertenecientes a la comunidad LGBTI.
De lo contrario, significa que sus líderes están “violando la ley de los derechos civiles”.
Frente a esto, el evangelista Franklin Graham alzó su voz por medio de una publicación de Facebook para expresar su incomodidad con la nueva ley.
Graham cree que dicha decisión “viola” la libertades religiosas en todo el país; ya que puede no ser agradable que personas de este estilo de vida se unan a ministerios.
“Creo que esta decisión erosiona las libertades religiosas en todo el país. Las personas de fe sincera que se apoyan en la Palabra de Dios como su base para la vida nunca deben ser obligadas por el gobierno a comprometer sus creencias religiosas”, escribió en su comunicado.
“Las organizaciones cristianas nunca deben verse obligadas a contratar personas que no se alinean con sus creencias bíblicas y no deben ser impedidas de terminar con una persona cuyo estilo de vida y creencias menoscaban el propósito y las metas del ministerio”.
Concluye su escrito recalcando que lo que opina la Corte Suprema no está por encima de la Palabra de Dios. Y que en algún momento toda persona tendrá que dan cuentas delante del Señor.