Una carta de parte de una pareja de cristianos dentro de la cárcel ha sido difundida para dar a conocer como se expande el testimonio de Cristo aun estando privado de libertad.
El escrito se dio a conocer por parte de la Junta de Misiones Internacionales (IMB), quienes tradujeron las palabras de la pareja que fue arrestada por haber compartido el evangelio en su nación; la organización ha decidido mantener sus nombres en secreto así como su país de procedencia.
Estando en la cárcel, ambos cristianos dicen con gozo que en donde estén, le servirán al Señor y envían ánimo a otros que están en su misma condición.
“Le escribimos esta carta desde la cárcel. Tratamos a los presos y a todos los que nos rodean con el amor que viene solo de Cristo Jesús y le servimos dondequiera que estemos. A Dios sea toda la gloria y el honor”, escribió la mujer.
La pareja fue arrestada y puesta en la cárcel por haber compartido el evangelio con familiares y personas poco tolerantes a otras creencias que no sean las locales; éstos ya han ido a juicio y están esperando que el fallo final les de la libertad que anhelan.
La IMB ha compartido que muy a menudo este tipo de casos se posponen y prolongan para obligar que los creyentes renuncien a ser seguidores de Cristo y así, imponerle más pruebas que mantengan su condena en la cárcel.
“El Señor nos dio fuerzas y un rostro feliz e intrépido y nos pusimos de pie ante el diablo con las armas de Dios. Y Dios estará con nosotros hasta el final, hermanos y hermanas. Ruega por nosotros sin cesar. Que las bendiciones de Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes”, testificó el hombre en el mes de Abril.
La pareja siempre informa con métodos clandestinos el estado en el que se encuentran dentro de la cárcel, detallando que recientemente el hombre fue trasladado de un régimen de aislamiento a una celda con otros reclusos.
Sus compañeros de celda fueron advertidos por los mismos guardias que el hombre era cristiano y que debían mantenerse alejados de él, algunos le recomendaron al creyente que se quedara en el lado más sucio de la celda y muy alejado de los demás.
El hombre se sorprendió al conocer que sus compañeros también son cristianos, podrían ser mismas víctimas de la persecución cristiana; al ver la buena relación entre todos, fue puesto nuevamente en aislamiento.
Como ellos, hay muchos que padecen por causa de Jesús y por amor a su nombre; no dejes de orar por aquellos que viven el evangelio hasta las últimas consecuencias en cualquier parte del mundo.