Ramin Parsa contó los dramáticos momentos ue vivió cuando una aeronave de Aeroméxico falló esta semana en plena maniobra de despegue y la caótica evacuación de pasajeros. Parsa asegura que no hubo fatalidades gracias al poder de Dios.
LOS ÁNGELES, California.– Desde el asiento 15D del vuelo 2431 de Aeroméxico, el pastor cristiano iraní Ramin Parsa grababa con su celular la intensa lluvia que azotaba sobre Durango este martes. Sin pensarlo estaba a punto de documentar los dramáticos instantes en que la aeronave fue golpeada por una fuerte ráfaga de viento, se desplomó cerca de la pista y derrapó hasta un terreno aledaño. Cuando se detuvo, el motor tomó fuego y las llamas arroparon a las 103 personas que estaban a bordo del avión. Todos, milagrosamente salieron ilesos.
“Vi fuego alrededor del avión. Mi ventana se tornó de naranja y sentí calor por el fuego. Todas las luces se apagaron y entró humo. Todos entraron en pánico tratando de escapar”, testificó a Univision Noticias Parsa, quien dice que por un momento tuvo miedo de no volver a su hogar en Los Ángeles, donde ha habilitado desde hace siete años.
Este pastor de 32 años aseguró que en el accidente aéreo no hubo fatalidades gracias al poder divino. “Cuando invoqué a Jesucristo el avión, que iba deslizándose sobre la tierra, se detuvo. Lo que sucedió fue un milagro, porque ese avión iba full de combustible y no hizo explosión, ni nos estrellamos contra un edificio o algo”, aseguró Parsa, quien este jueves por la tarde finalmente logro llegar a California.
Antes de abordar el vuelo él se mostró muy preocupado por la fuerte lluvia y por el viento que azotaba los árboles en el aeropuerto Guadalupe Victoria. Pensó que quizás retrasarían el despegue por unos minutos, hasta que mejorara las condiciones del clima. Pero no sucedió así.
“Yo mencioné: ‘el nombre de Jesús’. No hablo español, pero me salió así”, recuerda. “Por un momento pensé: ‘este es el fin, se acabó todo’. Pero una voz dentro de mi, dijo: ‘no, todavía no ha llegado el tiempo’”.