El gobierno del presidente Donald Trump está formalizando nuevas directrices para recomendar que muchos estadounidenses, si no es que casi todos, se cubran el rostro cuando salgan de casa, en un intento para desacelerar la propagación del nuevo coronavirus.
Las recomendaciones seguían siendo concluidas el jueves. Se aplicarían al menos para quienes viven en zonas afectadas por el contagio comunitario del virus que causa el COVID-19.
Una persona enterada sobre las discusiones del grupo especial contra el coronavirus de la Casa Blanca dijo que las autoridades recomendarían que la gente se cubra la nariz y la boca con cubrebocas no médicos, playeras o paliacates, cuando salga de casa _por ejemplo a la farmacia o al supermercado. Las mascarillas de grado médico, en particular las N95 que están escasas, serán de uso reservado para quienes tratan directamente a los enfermos.
La persona solicitó el anonimato para hacer declaraciones sobre las directrices propuestas antes de que las hagan públicas.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció el jueves que repartirá a profesionales de la salud en Nueva York y Nueva jersey 192.000 mascarillas sanitarias tipo N-95 que fueron halladas en un operativo contra el acaparamiento.
Las mascarillas, guantes, batas, desinfectante de mano y demás artículos protectores fueron hallados el 30 de marzo por el FBI, afirmaron funcionarios. Añadieron que el Departamento de Justicia notificó al Departamento de Salud y Servicios Humanos, que forzó la entrega de los suministros bajo la Ley de Producción para la Defensa Nacional.
Los agentes hallaron unos 600.000 guantes, 130.000 mascarillas quirúrgicas, mascarillas tipo N100, rociador desinfectante y toallas.
Las autoridades aseguraron que al poseedor de los artículos se le pagará “precio de mercado”.
La carrera mundial para proteger a la población de los portadores involuntarios del coronavirus se intensificó el jueves, enfrentando a gobiernos por la compra de equipos de protección y generando nuevas dudas sobre quién debería llevar mascarilla, someterse a controles de temperatura e incluso salir de casa.
En la ciudad china de Wuhan, donde comenzó la pandemia en diciembre, un símbolo verde en sus smartphones dicta los movimientos de sus residentes.