El secretario de Defensa Mark Esper anunció el miércoles una expansión de la Armada de Estados Unidos para hacerla «más letal» y enfrentar el expansionismo de China en el Pacífico.
El jefe del Pentágono dijo que está en curso una amplia revisión del poder naval estadounidense para ampliar su flota a más de 355 barcos desde los actuales 293.
El plan, denominado «Future Forward«, requerirá decenas de miles de millones de dólares del presupuesto de la Armada hasta 2045 y apunta a la supremacía en los mares ante China; que es considerada la principal amenaza de Estados Unidos.
«La futura flota será más equilibrada en su capacidad de producir efectos letales desde el aire, encima del mar y debajo del mar», dijo Esper en un discurso en California.
Esa expansión incorporará «más y menores» buques de superficie, más submarinos y navíos de superficie y más submarinos y barcos autónomos y no tripulados. También se incorporarán portaviones no tripulados.
El Pentágono apuesta a contar con una flota más apta para conflictos de alta intensidad, proyectar el poder y la presencia de Estados Unidos y realizar precisos ataques desde largas distancias.
«Esto será un gran cambio en la forma en que emprenderemos la guerra naval en los próximos años y décadas», afirmó.
Esper reiteró que China es la principal amenaza de Estados Unidos y que la región Indo-Pacífico es un «teatro prioritario» para las fuerzas armadas estadounidenses.
«La región no sólo importa por ser un núcleo del comercio mundial sino que también es el epicentro de la competencia de poder con China», dijo.
Un informe del Pentágono sobre la armada china señaló este mes que Pekín tiene la fuerza naval más grande del mundo con 350 barcos y submarinos. No obstante, dijo Esper, los chinos tienen menos fortaleza y capacidad.
«Aunque dejáramos de fabricar nuevos navíos, le llevaría años a la armada china igualar nuestra capacidad en alta mar», sostuvo.
Esper dijo que lograr el objetivo de contar con 355 navíos implicará un gran esfuerzo presupuestal pero simultáneamente Estados Unidos destinará recursos para expandir y modificar sus astilleros; un área de la industria naval en la que China lleva la delantera.