El candidato presidencial demócrata Joe Biden rozó ayer miércoles la victoria en las elecciones de EE.UU., mientras que su rival, el mandatario Donald Trump, desafió el escrutinio en tres estados clave a medida que se reducían sus opciones de reelección.
Luego, la campaña de reelección del presidente Trump desafió el escrutinio en un cuarto estado clave, el de Georgia, al pedir que se localicen e invaliden posibles votos emitidos fuera de plazo.
Georgia es el tercer estado clave -junto a Pensilvania y Michigan- en el que la campaña de Trump ha presentado una demanda para cuestionar algún aspecto del escrutinio, mientras que en otro territorio, Wisconsin, el equipo del mandatario ha pedido un recuento de todos los votos.
Robo
“No permitiremos que funcionarios electorales demócratas le roben estas elecciones al presidente Trump con papeletas emitidas de forma tardía e ilegales”, dijo en un comunicado el “número dos” de la campaña de reelección del presidente, Justin Clark.
La demanda, presentada ante el condado de Chatham, donde se encuentra la ciudad de Savannah y que es de tendencia demócrata, alega que “un observador republicano observó cómo se añadieron ilegalmente 53 papeletas emitidas tarde a un montón de papeletas emitidas a tiempo por correo” en ese condado, explicó Clark.
Michigan y Wisconsin
Al anotarse los estados clave de Michigan y Wisconsin, según las proyecciones de los principales medios de comunicación, Biden sumó 264 delegados en el Colegio Electoral y quedó a un paso de lograr los 270 compromisarios que dan las llaves de la Casa Blanca, frente a los 214 que acumulaba Trump.
En tanto, el candidato demócrata compareció en la tarde ante los medios en Wilmington (Delaware) para intentar proyectar confianza en el escrutinio y optimismo sobre su posible victoria, mientras el país seguía en vilo por lo ajustado de los resultados.
“Una vez finalizado el conteo, seremos ganadores”, pronosticó el exvicepresidente, acompañado por su compañera de fórmula, la candidata a la Vicepresidencia Kamala Harris. “Nadie nos va a quitar nuestra democracia, ni ahora ni nunca”, añadió Biden, que ha denunciado los intentos de Trump de autoproclamarse ganador de las elecciones sin tener resultados definitivos.
Biden celebró el haberse convertido en el candidato presidencial más votado de la historia del país, al reunir más de 70 millones de votos de los casi 160 millones que se emitieron en estas elecciones, caracterizadas por la mayor participación en 120 años, desde 1900.
Su campaña se mostró muy optimista desde primera hora de la mañana, cuando su jefa de campaña, Jen O’Malley Dillon, aseguró que veía “un camino claro hacia la victoria”.
Con más del 86 % escrutado en todos ellos, Biden está en cabeza solo en Nevada -que otorga 6 votos electorales, justo los que necesita para llegar a 270-, mientras que Trump le adelanta por estrechos márgenes en los otros tres.
En Pensilvania, la mayoría de los votos que quedan por contabilizar son por correo, que generalmente tienden a ir a parar a los demócratas, lo que podría recortar la ventaja de más de 260.000 votos que Trump sacaba a Biden la tarde del miércoles.
Consciente de que su camino hacia un segundo mandato se estrechaba, Trump se proclamó ayer miércoles ganador en Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte y Michigan, algo que es falso porque no hay resultados definitivos ni proyecciones que corroboren ese extremo.
Al contrario que su rival, Trump no compareció en público a lo largo de la jornada, y dejó los comentarios en manos de su campaña, que se mostró confiada en poder proyectar una victoria del mandatario este viernes.
Es entonces cuando el equipo de Trump confía en que termine el escrutinio en Arizona, un estado que las proyecciones de muchos medios de comunicación ya han atribuido a Biden pero que el mandatario insiste en que está en juego.
DETALLES
Minorías.
Un grupo de organizaciones resaltó ayer la alta participación de las minoritarias en las elecciones, que en el caso de la latina logró la cuota inédita de más de 15 millones de votantes.
Sondeo.
La mayoría de los votantes dijo que Joe Biden sería más capaz de manejar la pandemia de coronavirus, pero que Donald Trump superaba a Biden sobre quién sería más capaz de reconstruir una economía afectada por la pérdida de 11 millones de empleos.