El 85% de las muertes por enfermedades cardiovasculares (ECV) se deben a problemas cardiacos o accidentes cerebrovasculares; los cuales están estrechamente ligados a factores de riesgo como la hipertensión arterial que es la responsable de la mitad de estos fallecimientos y la dislipidemia (altos niveles de colesterol) que cobra al año 4.4 millones de muertes, lo que se le atribuye el 24% de las muertes relacionadas con ECV.
Se estima que en el mundo hay 1.280 millones de adultos entre los 30 y 79 años con hipertensión arterial y la mayoría vive en países de ingresos bajos y medianos. Esta enfermedad que se caracteriza por ser silenciosa, afecta a 1 de cada 5 adultos, convirtiéndola en la mayor fuente de fallecimientos prematuros del mundo, debido a que un 46% de los pacientes desconocen que la padecen .
“Mundialmente, para el 2025 se busca reducir la prevalencia de la hipertensión arterial en aproximadamente 25 millones de pacientes, lo que representa un 25% respecto a los valores de referencia del 2010. Para lograrlo es importante colaborar en esfuerzos de prevención y educación para que las personas adquieran un estilo de vida más saludable, mayor actividad física, evitar el consumo de tabaco y alcohol, mantener una dieta balanceada sin excesos de sal, reducir y gestionar el estrés y medir periódicamente la tensión arterial.
Si una persona es mayor a 20 años, recomendamos que revise sus factores de riesgo cada cuatro o seis años,” mencionó el Dr. Esteban Coto, Director Médico de AstraZeneca para Centroamérica y el Caribe.
En lo que respecta a la hipercolesterolemia o ‘colesterol malo’ elevado, el 50% de los adultos no son conscientes que presentan la patología. El colesterol es una sustancia grasa en la sangre que se produce naturalmente en el hígado y existen dos tipos, los que se conocen popularmente como colesterol bueno (HDL) y colesterol malo (LDL).
Los altos niveles de colesterol LDL puede ocasionar problemas de salud y es causado por dos factores, los que se pueden controlar como el consumo de grasas saturadas, el fumado, inactividad física y mantener mucha grasa corporal y los que no se pueden evitar, como la edad, antecedentes étnicos y familiares.
El nivel alto de colesterol tiene la particularidad que no presenta síntomas, por lo que el paciente debe recurrir a análisis de sangre para su diagnóstico, donde los resultados deben ser analizados con el médico tratante. En este análisis se evalúan varios tipos de grasa en la sangre: colesterol total, colesterol HDL (bueno), colesterol LDL (malo) y triglicéridos (grasas en la sangre).
“Todos necesitamos el colesterol para mantenernos saludables; cada célula de nuestro cuerpo lo utiliza y parte del mismo proviene de los alimentos que comemos. Ingerir muchos alimentos ricos en grasa saturada puede aumentar sus niveles de colesterol, como por ejemplo la mantequilla, manteca de cerdo, carnes grasas, queso, pasteles, galletas, así como el aceite de palma y coco. Es importante, que cada persona se realice exámenes rutinarios, conozca sus números y consulte con su médico para tratar su riesgo y elegir las opciones de tratamiento” indicó, el Dr. Coto.
Como parte del esfuerzo de educación, conciencia y prevención hacia la población, AstraZeneca lidera lanzó la iniciativa “Números que Importan”, la cual difunde la importancia de controlar todos esos números alterados que pueden ocasionar graves problemas de salud, permitiéndoles a las personas entender mejor la hipertensión arterial y el colesterol alto.
El objetivo fundamental es aumentar los esfuerzos para prevenir, diagnosticar y controlar los 5 números que importan todos los días: presión arterial, frecuencia cardíaca, glucosa en sangre, colesterol y un peso saludable, lo que ayudará a que cada paciente tome decisiones conscientes y evite complicaciones en el futuro como insuficiencia cardíaca, miocardio, infarto y enfermedad renal crónica, entre otras.