El Covid-19 no dañará la tradicional cena de Nochebuena que celebran los dominicanos este día, pues en medio de las restricciones, las quejas por la falta de dinero y otros inconvenientes, se la jugaron para llevar el manjar a sus mesas.
La gente se tiró a las calles en la víspera desde las 6:00 de la mañana a comprar, y en cuestión de minutos llenaron los supermercados, tiendas de regalos y plazas, mientras que las calles permanecieron entaponadas hasta pasadas las 9:00 de la noche.
A pesar de que numerosos vendedores, formales e informales, se quejaron de que “la cosa estaba lenta”, las aglomeraciones de personas en puestos de expendios de comidas, bebidas, ropas, regalos y otros, indicaban lo contrario, ya que estaban atestadas de gente.
En las avenidas Duarte, José Martí y otras vías del entorno, en tránsito era caótico, por la gran cantidad de conductores y personas a pie que transitaban por el lugar cargados de diversos artículos.
Hasta para conseguir un carrito había que esperar turno.
Asaderos en las calles
Los asaderos y lechoneras empezaron a colocar los cerdos en puya cerca de las 4:00 de la tarde, para responder a la demanda de los compradores que se abastecen de la tradicional carne asada.
El señor Eugenio Navarro (El Vacano), quien tiene una lechonera en la autopista San Isidro, tenía ayer tarde 50 unidades solicitadas y pagadas, por lo que vaticinó que hoy alcanzaría las 200. Contrario a lo que vaticinan otros, para él “la cosa está buena”.
“Los pedidos están llegando y tenemos muy buen ánimo de que vamos a vender bien hoy. Por eso reforcé mi equipo con 20 hombres más para poder cumplir con nuestros clientes”, dijo.
Sin embargo, Juancito Almonte y Mireya Pérez sienten las ventas lentas con relación al pasado año, pero esperan que este 24 mejoren.
La libra de cerdo asado cuesta entre 250 y 325 la libra, de acuerdo al lugar donde se adquiera.
Asimismo, los puestos de expendio de frutas y golosina se han instalado en diversos puntos de la ciudad, tanto como las lechoneras y puestos de pollo horneado.