En la próxima década (2021-2030) el territorio de la isla La Española, compuesta por República Dominicana y Haití, tendrá que soportar sobre su superficie de aproximadamente 76,192 kilómetros cuadrados cerca de 2.1 millones de personas más a las existentes.
Para 2030 se proyecta que República Dominicana tendrá 804,785 habitantes más que en este 2020, cuando la población se estima en alrededor de 10.4 millones, y dentro de diez años se prevé que supere los 11.2 millones.
En el caso de Haití se pronostica que la población pase de 11.4 a 12.7 millones, para un aumento de 1.3 millones. En conjunto, ambos países tendrán cerca de 24 millones de habitantes, según las proyecciones de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) y el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade), una dependencia de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Este incremento de la población representa un desafío para ambos países, porque mientras más personas hay se necesitan más alimentos, más agua, viviendas, medicamentos y más servicios públicos.
Políticas bilaterales
Los investigadores y expertos en temas de desarrollo y políticas sociales Rafael Jovine y Flady Cordero coinciden en que la situación poblacional tiene que verse desde una perspectiva de la isla y adoptar políticas para todo el territorio.
“Al margen de las diferencias culturales y demás hay que pensar el territorio en su conjuntoÖ Las políticas energéticas, medioambientales, etcétera, hay que verlas desde una perspectiva binacional porque todo atañe a ambos lados”, opina Jovine.
Para Jovine, uno de los principales retos del crecimiento poblacional es la limitación de recursos, sobre todo del agua. Es por esto que recomienda prestar atención a las fuentes acuíferas de la isla. Mientras Cordero cree que el problema no será los 24 millones de personas de la isla, sino la ausencia de políticas migratorias que regulen los flujos desde Haití hacia República Dominicana.
A su entender las políticas migratorias no pueden estar orientadas a la expatriación de indocumentados, sino a la regularización de los empleadores con trabajadores sin un estatus migratorio regulado, a la reducción de la entrada de ciudadanos y la mejora de las políticas consulares dominicanas en Haití.
Considera que es necesario impulsar el desarrollo fronterizo y que los dominicanos y otros empresarios inviertan en Haití para que la economía de ese país mejore, porque “si hay un mejoramiento económico en Haití se reduce el flujo” de migrantes.
RECOMENDACIONES
Apoyo
Flady Cordero considera que es necesario promover el desarrollo y contribuir a la generación de empleos en Haití para reducir la migración.
Mejoras
El experto opina también que deben implementarse políticas sociales para que los inmigrantes haitianos tengan mejores condiciones de vida, como los dominicanos en otros países.