Según una investigación realizada con roedores sanos de laboratorio, en la que los ratones trotaban en una caminadora, arrojó disparidades en las cantidades y actividades de genes y moléculas en el cuerpo de los roedores, dependiendo de si corrían en la mañana o en la tarde.
Muchos de los cambios en la hora de hacer en que se hacen los ejercicios se relacionaban con la quema de grasa y otros aspectos del metabolismo de los animales. Con el tiempo, tales cambios podrían influir de manera sustancial en su bienestar o en el riesgo de padecer alguna enfermedad.
Las operaciones internas y las de casi todos los seres vivos, siguen un ritmo circadiano continuo y bien orquestado. Algunas investigaciones recientes en animales y personas muestran que casi todas las células de nuestro cuerpo contienen una especie de reloj molecular que se coordina con un sistema temporal más general de todo el cuerpo para dirigir la mayoría de las operaciones biológicas.
Es ampliamente conocido lo importante que es un ritmo circadiano saludable. Dormir muy poco puede tener graves consecuencias para la salud. Pero los investigadores aún están haciendo nuevos descubrimientos que confirman que el reloj circadiano del cuerpo afecta nuestra salud.
“Parece que hay diferencias bastante significativas entre el efecto del ejercicio realizado en la mañana y en la noche, y estas diferencias probablemente están controladas por el reloj circadiano del cuerpo”, señala el artículo publicado por The New York Times.
De acuerdo a los expertos hacer ejercicio en la mañana ayuda a establecer una rutina, porque entrenar a primera hora no deja sitio para las excusas «por falta de tiempo»; por la tarde las obligaciones se acumulan. Mejora el ciclo de sueño. Levantarse temprano puede costar, pero si se coge el hábito se favorecen el ritmo circadiano que hace que el cuerpo esté alerta por la mañana y cansado por la noche, lo que nos ayudará a dormir mejor y esto a ganar musculatura.
Quema más grasa. Entrenar en ayunas quema más grasa que hacerlo después de una comida, porque el cuerpo utiliza las reservas de grasa para hacer el ejercicio. También hay estudios que aseguran que la quema de calorías posterior al ejercicio también es mayor cuando se hace hace por la mañana, lo que ayuda a perder peso.
Aumenta la energía. Hacer ejercicio nada más levantarnos nos activa y nos pone alerta. Y, además, favorece la concentración.
Mejora el estado de ánimo. Como decíamos, las endorfinas y hormonas de la felicidad que se segregan consiguen que nos sintamos bien y animados mucho después de hacer ejercicio.
Mientras que realizar ejercicios durante la tarde significa tener un mejor rendimiento físico. Según las últimas investigaciones, quienes hacen ejercicio por la noche tardan hasta un 20% más en llegar al punto de agotamiento. Es decir, la fuerza muscular, la flexibilidad y la resistencia son mejores por la noche que por la mañana.
Se necesita menos calentamiento. El cuerpo va «calentando» a lo largo de toda la jornada, así que se precisa menos tiempo para alcanzar el ritmo óptimo de entrenamiento.
Las hormonas te ayudan. Especialmente en el caso de los hombres, que producen más testosterona en los entrenamientos vespertinos que en los matutinos, lo que aumenta su fuerza.
Alivia el estrés. Hacer ejercicio por la noche ayuda a librarse de las preocupaciones de la jornada. Las endorfinas que se producen con el deporte harán que lleguemos a la cama mucho más relajados.