Un banquero dejó su vida multimillonaria para mudarse a Sudáfrica y compartir el evangelio en lugares que la violencia ha bloqueado.
Andie Steele-Smith, siendo un hombre de negocios nacido bajo una familia de fuerte fe en el cristianismo, conoció a Jesús a los 40 años cuando lo invitaron a un centro de rehabilitación de fe, y tal fue el impacto que duró todo el día llorando por la ministración que recibió del Espíritu Santo.
“El Espíritu Santo me convenció y debido a esa visión me pasé el resto del día llorando como un bebé. Primero, estas personas son como yo, pero luego son realmente mejores que yo. Era el tonto rico y arrogante y mi vida estaba al revés”, confesó para Christianity Today.
La Gran Comisión
Como hombre de negocios, visitó Sudáfrica para trabajar, pero sintió de parte de Dios que ese era el lugar donde debía estar sirviendo a otros, “Dios me dio una imagen muy clara, pero enigmática: un círculo con cuatro esquinas. El círculo tenía la Gran Comisión en el centro. Las canciones fueron justicia, emprendimiento, educación y comunidades ecológicas seguras”, contó.
Y así fue como se trasladó a las comunidades más peligrosas del país para unificar a las pandillas de delincuentes más grandes en el país, y así llevar el mensaje de esperanza en Cristo.
“Nos detenemos regularmente mientras trabajamos para invitar a las personas a seguir a Jesús. Lo perdí de vista, pero quizás entre 5.000 y 10.000 nos han dicho que se han arrepentido y se están volviendo para seguir a Jesús”, comentó sobre sus labores.
“Pero no lo llamo éxito, es solo una pequeña parte de la causa general de lo que los cristianos están llamados a hacer”, agregó.
«También son víctimas»
Andie cuenta que a pesar de que en principio fue atacado por varios, ninguno pudo resistirse al amor de Dios, “6 jóvenes de otra pandilla vinieron a atacarnos con cuchillos, tiré de mis hijos detrás de mí y agarré al líder, lo abracé y lo besé en la frente. Comenzó a llorar, se metió el cuchillo en el bolsillo y dijo: «Tío, ¿podemos ayudarte a construir contigo?», expresó.
“Más que nada, estos muchachos solo necesitan una figura paterna. Han sido miembros de pandillas durante cinco o seis generaciones. No son los malos. Hicieron cosas terribles, pero también son víctimas”, comentó sobre los jóvenes con los que trabaja para servir a Dios.
Unificar
Ahora es conocido como el “Pastor de las pandillas” que incluyen ciudades como Ciudad del Cabo, Port Elizabeth y Johannesburgo, donde el cambio en el corazón de los habitantes es muy evidente.
En la actualidad por la pandemia, ha logrado que bandas rivales en las distintas localidades puedan coexistir juntas para ayudar a la población en prevenir contagios de Covid-19 distribuyendo diversos productos de higiene así como alimentos usados solo en casos de emergencia.
Su labor evangelistica se ha reseñado en medios como BBC, CBS News y Associated Press.