Ada Betsabé Ruiz nació en República Dominicana, pero se mudó con sus padres a Nueva York, Estados Unidos, a los 3 años; a su corta edad, cantaba en la iglesia y se quebrantaba en la presencia del Espíritu Santo, cuando cumplió 14 se apartó de la iglesia volviéndose escéptica y se rebeló contra todo lo que había aprendido.
Sin una brújula moral que la dirigiera, Ada cayó en el lesbianismo y en 2012 comenzó una relación formal con otra joven. Su casa estaba adornada con budas y cristales, empezó a atraerle el hip hop imitando a sus cantantes favoritos y a componer canciones, así inició una carrera en el hip hop en inglés, y estaba ganando fama.
Ella tenía su propio mánager y estuvo a punto de firmar un sello discográfico importante, sus nuevos amigos en el mundo artístico hacían más que solo música mundana; estaban en el luciferismo, e invitaron a Ada a participar; bebían vino mezclado con sangre y realizaban sacrificios humanos, la gente moría misteriosamente durante el culto a Satanás, informaron varios portales de noticias.
Asustada por lo que vio, Ada se negó a unirse, ella no había firmado el contrato de grabación, pues ya era consciente de las cosas sobrenaturales, «Entendí que el mal era real y que el bien también, y corrí hacia Jesús», explicó. Ruiz regresó a su casa en Hollywood y compartió con su pareja lo que había experimentado, ambas fueron a la iglesia, se arrepintieron de sus pecados y terminaron su relación.
Ada decidió darle la espalda al hip hop para siempre, tres meses después, en un culto de avivamiento, Dios le dijo que usaría su historia para llegar a muchas personas. «Serás una flecha afilada en mis manos”, le dijo el Señor. «Quiero ser fiel al camino que Él ya ha escrito para mí», dice Ada.