EE.UU.- Cristianos que dejaron la homosexualidad marcharán por las calles de la ciudad de Washington, para dar testimonio del cambió que ocurrió en sus vidas gracias a su fe en Jesucristo.
La marcha denominada «Freedom March» (Marcha de la Libertad), es organizada por Jeffrey McCall y está formada por cristianos que dejaron atrás la práctica de la homosexualidad, y ahora dan testimonio del poder transformador del Espíritu Santo.
«Fui transformado por la gracia de Jesús y descubrí que otros también lo fueron. Estas marchas son una manera de garantizar que otras personas que hayan superado eso no se sientan aisladas y solas«, explicó McCall, según el medio Christian Post.
La Marcha de la Libertad se realizará el sábado a partir de las 13h en el Sylvan Theatre, situado cerca del Monumento a Washington. El objetivo es conectar personas, alcanzar a la comunidad LGBT y preparar a iglesias locales para ministrar homosexuales.
Una de las voces del evento es Luis Javier Ruiz, un sobreviviente del ataque a la discoteca gay ‘Pulse’ en Orlando, en 2016. «Siempre dije que no consiste en cambiar a un gay a heterosexual. Se trata de que un pecador sea salvo«, señaló Ruiz.
«A través de Freedom March, queremos difundir mensajes de amor y aceptación por personas que dejaron su identidad LGBT y mostrar que existimos. Estas marchas son nuestra plataforma para educar, alentar a otras personas y compartir eso en una comunidad», agregó Ruiz.
Edward Byrd, el líder de la adoración de Freedom March, cree que el mayor malentendido sobre aquellos que han abandonado la vida homosexual, es pensar que están suprimiendo sus deseos sexuales.
«Creen que no somos felices, creen que no estamos satisfechos cuando, de hecho, estamos viviendo la mejor fase de nuestras vidas. No estamos diciendo que sea fácil, pero la verdadera alegría, la paz y la libertad que tenemos no es nada comparado con lo que había conocido antes», dijo Byrd.
«La mayoría de nosotros nunca hemos experimentado la terapia de conversión, nuestras experiencias han sido encuentros con el Espíritu Santo que ha cambiado nuestra vida. Ninguno de nosotros se vio obligado a cambiar; Fue una decisión que tomamos para seguir a Jesús y su amor«, explica Byrl.