Siendo ejemplo vivo de cómo el poder de Dios es capaz de transformar radicalmente a las personas para bien, un ex jefe de la mafia predicó un poderoso mensaje sobre la eternidad y “el temor saludable” de ir al infierno.
Michael Franzese, quien era parte de la segunda generación de delincuentes en su familia, participaba de manera activa en la mafia de Nueva York bajo el nombre de Caporegime, además de encubrirse con su famosa familia de la mafia italiana con muy alto rango; junto a su padre robó dinero y estuvo envuelto en distintas actividades delictivas.
Arrestado 18 veces, pasó ocho años preso y fue liberado en 1994 con una gran noticia: se convirtió a Cristo después de recibir una Biblia como regalo de parte de un guardia en la prisión; Dios lo alcanzó y cambió su vida por completo, además de permitirle predicar por primera vez en la iglesia donde se congrega.
Su tiempo dentro la cárcel fue realmente duro, así lo expresó contando su testimonio en la iglesia Harvest Christian Fellowship, dirigida por el pastor Greg Laurie.
“Cuando estuve en prisión pasé 29 meses y 7 días en una celda de 1,8 x 2,4 metros, 24/7. Dios y yo. No fue fácil. No fuimos creados para ser criaturas solitarias. Fuimos hechos para ser sociales. Cuando las luces se apagaban por la noche, muchos chicos no se veían bien; muchos gemidos y llantos”, contó.
Y cuando pensó que no la podía pasar peor, recibió una Biblia de regalo: “Me sumergí en mi Biblia. Oré todos los días. Fue mi momento más cercano con el Señor porque no tenía elección. Y gracias a Dios, me volví a Él y a ningún otro lado. ¿Pero sabes lo que pasó en ese agujero? Desarrollé un saludable miedo al infierno”, explicó.
Dentro de esa afirmación del miedo saludable al infierno, Michael instó a que las personas puedan pensar más en sus acciones y que sepan que el infierno es real con situaciones y experiencias de las que una persona no podría tener una idea cercana.
“Quiero que te detengas por un minuto y pienses en lo peor que hayas encontrado en tu vida y te des cuenta de que eso peor nunca desaparece. Será tu espina constante a tu lado para siempre. Y ahora pasa por el infierno, que es un millón de veces peor y nunca terminará. Esto es el infierno”, le dijo a la audiencia.
Pero su mensaje no vino a traer condenación sino una advertencia sobre la verdad bíblica de la eternidad: existe el infierno, pero también el cielo, y esas son sus buenas noticias, “La buena noticia es que no tenemos que ir allí. Hay un infierno y también hay un cielo”, predicó.
Hizo énfasis en que puedan entregar sus vidas a Cristo debido a los tiempos atípicos que nuestros ojos están viendo, a fin de que nadie se pierda.
“Vivimos tiempos locos. No sabemos de un momento a otro lo que va a pasar en esta vida. He visto a personas que amo conmigo un día y al día siguiente se van. es impactante No garantizamos nada. ¿Y tú qué estás esperando? ¿Por qué quieres probar?”.
“La única forma en que puedes perder es si no confiesas tus pecados y aceptas a Jesús como tu Salvador”, finalizó.