Teniendo en cuenta que una de cada ocho mujeres tendrá riesgos de desarrollar cáncer de mama y que el 99 % de estos cánceres afecta a la población femenina, el hecho de ser mujer y estar viva, ya es bastante para pensar sobre la posibilidad de padecer esta enfermedad.
Por esto, sin importar la especialidad del médico, si recibe mujeres en su consulta, sobre todo a partir de la cuarta y quinta décadas de la vida, pueden ver con mucha frecuencia esta patología.
Eleazar Santana, Coordinador de la Clínica Integral de la Mujer de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), señala que es necesario mantener un flujo de informaciones tanto de los profesionales de la salud que tengan la posibilidad de examinar a una mujer, como para esta última, que es la más afectada por esta enfermedad.
Santana explica que esto debe hacerse con el propósito de conseguir la ventaja de un diagnóstico temprano, que ahorre recursos al sistema de salud, ya que si los cánceres se atienden en estadios tempranos, independientemente de su origen, se realizará menos esfuerzos económicos, se tendrá mejoras en la calidad de vida, periodo libre de enfermedad y hasta “curaciones”.
Incidencia en aumento
“En sentido global, el número de cáncer de mama ha aumentado, sobre todo a partir de la última década del siglo XX, donde se encontró un aumento en un 30 % en su incidencia, comparado con los números del año 1970.
A pesar de este incremento en las cifras, es uno de los cánceres donde ha habido una disminución significativa en la mortalidad, logrando periodos libres de enfermedad más largos, asegurando calidad de vida a quienes lo padecen.
Esto fundamentalmente se debe a las campañas sanitarias de información y pesquisajes masivos que se han estado implementando.
Debido a esto se encuentran tumores cada vez más pequeños, lo que incluso permite cirugías menos agresivas y mutilantes, reduciendo muchas veces la necesidad de tratamientos sistémicos”, destaca Santana.
El ginecólogo–oncólogo sostiene que es importante conocer estos factores de riesgo, los genéticos y ambientales, dentro de las causas de la enfermedad, para establecer estrategias con el fin de reducir los mismos.
“Debemos saber la influencia de la actividad hormonal en los cambios atípicos de las células de las glándulas mamarias que conducen a la expresión oncológica, la menarquia precoz (primera menstruación muy temprano), menopausia tardía (sobre los 52 años), nuliparidad (no embarazarse o embarazarse tarde), no lactar, son situaciones que influyen en el escenario hormonal de la mujer, convirtiéndola en elemento de riesgo en el desarrollo de cáncer de mama”.
También el uso de tratamientos hormonales, para trastornos de fertilidad o como terapia de sustitución hormonal. Entre otros factores de riesgos están, edad, raza, estilo de vida (hábitos tóxicos, sedentarismo y dieta rica en grasas); causas ambientales, como la exposición a radiaciones, ejemplo, en tratamiento de otras neoplasias como linfomas, apunta el especialista.
Santana detalla que existen además enfermedades o cambios que se producen en las mamas, que se consideran de riesgos para desarrollar cáncer de mama a futuro, por ejemplo: biopsia de lesiones mamarias que se reporten como enfermedad mamaria proliferativa con atipias, carcinoma lobular in situ y el carcinoma ductal in situ.
Además, resalta que en cuanto a las condiciones heredofamiliares, se alerta sobre los antecedentes familiares de cánceres como: mamas, ovario, endometrio y colon.
Así como los tumores de mamas relacionados con alteraciones genéticas, tanto a las mutaciones BRCA 1 Y BRCA 2, como los no relacionados con estos, como son, síndrome de Cowden, Bonnayan-Riley-Ruvalcaba, Li-fraumeni, Peutz-Jeghers, y ataxia-telangiectasia.
Mamografía periódica
El médico recomienda a las mujeres a partir de los 50 años realizar anualmente mamografía, y si tienen antecedentes de la madre, abuela o tía, de cáncer de mama, ovario, colon o endometrio, a partir de los 35 años.
Campañas responsables
Conociendo los factores de riesgo, la línea conductora de toda campaña de pesquisaje y diagnóstico precoz de cáncer de mama debe guiar a los médicos que atienden mujeres al conocimiento de los riesgos de la población expuesta y atraer a la misma, con el fin de llegar a tiempo a la detección de la enfermedad.
El objetivo fundamental es diagnosticar el cáncer a tiempo..