Las proteínas son imprescindibles para el correcto funcionamiento de los músculos
A partir de los 50 años, los adultos suelen experimentar una pérdida de masa muscular y fuerza de forma natural.
Esta puede acelerarse más o menos en función del estilo de vida, la práctica regular de actividad física y la calidad y cantidad de los nutrientes ingeridos.
En este punto, los músculos juegan un papel clave en la calidad de la vida cotidiana de las personas.
Para combatir el cansancio y la fatiga se suele recurrir a suplementos de vitaminas y minerales, pero esto no es suficiente. “Solemos recurrir a la ingesta de estos elementos cuando sentimos cansancio, pero debemos tener en cuenta que el segundo mayor componente de nuestro cuerpo son las proteínas. Esto ya nos da una pista de su importancia en nuestro bienestar”, explica la nutricionista Laura González.
La ecuación correcta, según González, para combatir situaciones de cansancio, falta de fuerza o fatiga es aquella que reúne proteínas, vitaminas y minerales. “Una suplementación proteica siempre bajo supervisión facultativa puede ayudar a superar estas situaciones y elevar la capacidad física y corporal de este perfil de personas”, destaca.
Algunos consejos
En estos casos, el rol del médico y farmacéutico como expertos en salud es de gran relevancia para mantener la calidad de vida.
Realizar ejercicio físico combinado con suplementación proteica ayuda al fortalecimiento de los músculos.
Llegado el caso, la recomendación de la utilización de suplementos nutricionales es consustancial a su labor social y sanitaria.
También hay que resaltar que para mejorar la masa muscular es muy importante la realización de ejercicio físico.
“La práctica de ejercicio moderado combinado con suplementación de proteínas o aminoácidos en la dieta tiene un impacto muy positivo en la salud”, sostiene González.
Además, representa una estrategia efectiva en muchos otros aspectos: mejora la fuerza y masa muscular, aumenta la absorción de calcio mejorando el metabolismo de los huesos, acelera la recuperación de tejidos tras una lesión y protege los músculos frente al envejecimiento, entre otros.
La clave está en el equilibrio en la dieta, el ejercicio físico y unos adecuados hábitos de vida.