La vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca puede tener un «gran impacto» a la hora de reducir la transmisión del coronavirus, según Andrew Pollard, investigador de este preparado desarrollado por la Universidad de Oxford.
Pollard, investigador principal de estos estudios, aclaró, no obstante, en rueda de prensa virtual, que el análisis sobre transmisión se hizo antes de que se extendiera por todo el Reino Unido la variante británica de la covid-19 a principios de año.
El experto puntualizó que, debido a que las personas analizadas no estaban infectadas, concluyeron que eso debe tener efecto en reducir la transmisión de la enfermedad.
«Al no estar ya infectados, no pueden transmitir a otras personas, así que eso debería tener un gran impacto en la transmisión», insistió el científico.
«Pero esto ha sido (analizado) antes de la llegada de nuevas variantes, y este virus estará tratando de encontrar maneras de continuar transmitiendo», agregó.
El experto manifestó su confianza en que la vacuna sea efectiva en el caso de la variante británica, pero hizo hincapié en la efectividad del preparado para reducir las hospitalizaciones y evitar que la gente pueda enfermar de gravedad.
«Estamos trabajando duro para facilitar más datos sobre la variante de Kent (británica) porque ha estado circulando aquí en el Reino Unido», así que «tendremos nuevos datos pronto», agregó.
También defendió la estrategia de los reguladores británicos de esperar hasta un máximo de doce semanas para suministrar la segunda dosis de la vacuna al afirmar que es efectiva para todos los adultos, incluidos los mayores de 65 años.
El estudio preliminar de la Universidad de Oxford, divulgado ayer, sostiene que esa vacuna presenta una efectividad del 76 % durante los tres meses posteriores a la primera dosis.
Y apunta a que esa formulación protege frente a los síntomas de la Covid-19 a partir del día 22 tras recibir la primera dosis, cuando el sistema inmunitario ya ha generado anticuerpos.
Fuente: EFE