Los talibanes anunciaron este martes el nombramiento de 27 nuevos miembros de su Gobierno interino, que incluye un cambio de ministros y numerosos altos cargos copados por los fundamentalistas, en el que las mujeres siguen excluidas a pesar de las críticas internacionales por la falta de inclusión.
Entre los nuevos nombramientos, oficializados en Twitter por el principal portavoz talibán, Zabiullah Mujahid, destacan el del ministro de Minas y Petróleo, Shahabudding Delavar, antiguo miembro del equipo negociador en Doha.
Fateh Ullah Mansour, el hijo del segundo líder supremo de los talibanes Akhtar Muhammad Mansour, que murió en 2016 en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses, será el nuevo dirigente del aeropuerto de la ciudad sureña de Kandahar.
Los nuevos nombramientos, 27 en total, han reafirmado las críticas a los talibanes sobre su falta de inclusión desde que tomaron el control de Kabul el pasado 15 de agosto, al término de una rápida ofensiva con la retirada de las tropas de Estados Unidos y de la OTAN como telón de fondo.
«El Gobierno de los talibanes sigue teniendo miembros que figuran en la lista negra de la comunidad internacional como terroristas. No han considerado a las mujeres, partidos políticos y diferentes grupos étnicos de Afganistán», dijo a Efe el analista político Fahim Kohdamani.
Los fundamentalistas han formado un Ejecutivo copado en su gran mayoría por religiosos y miembros de su organización, de la mayoritaria etnia pastún y sin representación apenas de otras comunidades o sectores de la sociedad.
«Todo esto resta legitimidad a su Gobierno», zanjó Kohdamani.
La presencia de mujeres es igualmente nula, a pesar de las promesas de los talibanes de incluirlas en futuros nombramientos.
«En contra de todas sus promesas a la comunidad internacional sobre que las mujeres pueden trabajar en el Gobierno, no han incluido a ninguna mujer en su gabinete», constató a Efe la influyente exparlamentaria y activista afgana Fawzia Koofi.
La líder del Partido Movimiento de Cambio para Afganistán denunció que los fundamentalistas han «prohibido a toda una generación cualificada y educada» de mujeres participar en el Gobierno y en la vida política.
«En todo el mundo, no hemos visto que las mujeres estén vetadas del trabajo y la política como están haciendo los talibanes», lamentó.
La comunidad internacional ha insistido en repetidas ocasiones en la necesidad de contar con un gobierno inclusivo en Afganistán, y se ha resistido por el momento a reconocer oficialmente el régimen de los talibanes.
Uno de los últimos llamamientos de este tipo tuvo lugar el pasado 10 de noviembre en Nueva Delhi, con representantes de la India, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, y Uzbekistán.