En España la Liga de Fútbol ha decidido la suspensión de la competición por causa del coronavirus y el Real Madrid ha puesto en cuarentena a toda su plantilla, después de que se haya confirmado un contagio entre sus jugadores.
En este contexto, todos los miembros del Gobierno, a igual que los de la Casa Real, se están sometiendo a análisis después de que la ministra de Igualdad, Irene Montero, y otros tres parlamentarios hayan dado positivo en el nuevo virus.
La capital del país lleva 48 horas con todas las universidades, colegios y guarderías cerrados por el aumento de casos de coronavirus, por lo que alrededor de un millón y medio de escolares y universitarios se ven obligados a quedarse en sus casas hasta el 26 de marzo fruto de la primera medida restrictiva de las autoridades españolas.
«Normal que estemos preocupados por la alarma que se está generando en el país y en todo el mundo», dice un ciudadano que observa el ritmo de la ciudad, que ha descendido considerablemente, porque también se han suspendido actividades culturales y se han cerrado todas las instalaciones municipales, como museos y centros deportivos.
Los restaurantes y comercios chinos de la capital, concentrados sobre todo en el barrio de Usera, se encuentran mayoritariamente cerrados, también para evitar el contagio. «Yo creo que se ha tardado un poquito en reaccionar», dice un viandante. «Me siento engañada por el Gobierno», dice otra.
A los equipos médicos de Madrid les preocupa el aumento de casos de forma exponencial y que la llegada de ese pico de forma abrupta colapse los servicios médicos, sobrepasando las capacidades del sistema de salud. Los expertos aconsejan reiteradamente que hay que evitar las reuniones sociales para así frenar la propagación de este virus.