De acuerdo con una nueva encuesta, la mayoría de los estadounidenses consideran esencial la libertad de religión para tener una sociedad saludable.
Rasmussen Reports y Summit Ministries realizaron una encuesta para evaluar la importancia de la libertad religiosa dentro de Estados Unidos, basándose en la perspectiva de los ciudadanos.
Los resultados finales fueron publicados este martes, concluyéndose que el 67% de los encuestados aseguró que libertad de religión «es muy importante para una sociedad estadounidense saludable».
Solo un 15% comentó que la considera «un tanto importante»; mientras que un 9% cree que la libertad religiosa «no es tan importante», y otro 9% manifestó no estar seguro al respecto.
Al evaluarse la misma incógnita pero por afiliaciones a un partido político, se encontró que el 86% los republicanos ven la libertad de religión como importante o un tanto importante; esto supera las estadísticas de los independientes, que representan un 83%, y a los demócratas, quienes rondaron el 79%.
Otro aspecto que se tocó en el estudio, fue sobre si las organizaciones benéficas basadas en la fe deberían ser obligadas a contratar empleados que no estén de acuerdo con sus creencias.
Un 50% de los estadounidenses encuestados concluyeron que no debería ser de tal manera, un 20% concluyó que si deberían ser obligadas, mientras que el 30% restante manifestó no estar seguro.
Jeff Myers, presidente de Summit Ministries, resaltó que los resultados obtenidos mostraban que los ciudadanos estadounidenses siguen apoyando fuertemente el derecho a la libertad religiosa.
«Sin embargo, los líderes en Washington, DC, están impulsando agresivamente medidas legislativas como la mal etiquetada Ley de Igualdad , que específicamente elimina las protecciones de la libertad religiosa», argumentó Myers.
La encuesta contó con la participación de 1.000 ciudadanos norteamericanos, llevándose a cabo el pasado 16 y 17 de junio, arrojando un margen de error relativamente pequeño.
Sorprendentemente, el estudio se alinea a una decisión reciente de la Corte Suprema de los Estados Unidos, donde dictaminó que una agencia de crianza basada en la fe no puede ser obligada por el estado a colocar niños en hogares de parejas del mismo sexo.