Nolan Scully tenía sólo cuatro años, muy pocos para tanto sufrimiento, y fue durante su enfermedad y tras su muerte cuando su madre, la que estuvo día a día a su lado, quiso que la muerte de su hijo, que el padecimiento que sufrió no cayera en saco roto.
La madre de Nolan realizo un blog para compartir la vida de su hijo, incluyó fotos y videos mostrando la vida del pequeño antes de morir. Sin embargo la madre de Nolan, Ruth, también quiso compartir la última conversación que sostuvo con su pequeño.
“Dos meses desde que nos acurrucamos. Dos meses de infierno absoluto». Así comienza la carta dirigida a su hijo. Una carta en la que Ruth se describe como «desconsolada» y confiesa que aunque llevaba tiempo intentando escribirla, su «agonía» no se lo ha permitió.
“Cuando traje a Nolan al hospital por última vez, sabía que pasaba algo malo, nos sentamos con su equipo de médicos. Cuando su oncóloga hablo, vi el dolor en sus ojos. Ella siempre había sido honesta y había luchado con nosotros todo el tiempo, pero su examen mostraba grandes tumores que crecían aplastando los bronquios y el corazón. El rabdomiosarcoma (Es un tumor maligno de músculo estriado. Es el sarcoma de partes blandas, tejidos blandos, más frecuente en la infancia, con una incidencia del 65%), se había propagado como fuego salvaje. Explicó que el cáncer ya no era tratable, porque se había hecho resistente a todas las opciones de tratamiento que habíamos probado y que el plan sería mantenerlo cómodo mientras se iba deteriorando rápidamente».
Ruth se fue a la habitación con Nolan en cuanto escuchó que su hijo moriría. Él estaba sentado en «la silla roja de mamá» viendo vídeos en su tablet.
«Me senté con él y puse mi cabeza contra la suya y tuve la siguiente conversación»:
Yo: ¿Te duele al respira, no es cierto?
Nolan: Buuuuueno… sí
Yo: ¿Tienes mucho dolor?
Nolan: (Mirando hacia abajo) Sí.
Yo: Este asunto del cáncer apesta. No tienes que luchar más.
Nolan: ¿No tengo que luchar más? (Con felicidad) ¡Pero lo haré por ti, mamá!
Yo: ¡No! ¿Es eso lo que estás haciendo? ¿Luchas por mamá?
Nolan: Bueno… sí
Yo: Nolan Ray, ¿cuál es el trabajo de mamá?
Nolan: ¡Mantenerme a salvo! (Con una gran sonrisa)
Yo: Cariño… Ya no puedo hacer eso aquí. La única manera en que puedo mantenerte a salvo es en el cielo. (Mi corazón hecho añicos).
Nolan: ¡Entonces, me iré al cielo y jugaré hasta que llegues! ¿Vendrás, no?
Yo: ¡Absolutamente! ¡No puedes deshacerte de mamá tan fácilmente!
Nolan: ¡Gracias mamá! ¡Iré a jugar con Hunter, Brylee y Henry!
Fue la última conversación de Ruth y Nolan. Las horas siguientes hasta su muerte Ruth no se separó de él. Jugaron y disfrutaron todo lo que pudieron, e incluso Nolan le dijo a su madre cómo quería que fuera su funeral, quienes quería que fueran los portadores de su féretro y le dijo que quería que le recordaran… “como un policía».
Ruth quiso llevarlo a casa, pero Nolan se negó para «asegurarse de que todo fuera fácil para su madre».
En un momento el sistema de Nolan se colapsó y entro en un sueño profundo, pero de momento recuperó el aliento por un instante para dedicarle las últimas palabras a su madre: «Abrió los ojos, sonrió y dijo ‘te amo mamá’. Entonces volvió la cabeza, cerró los ojos y falleció mientras Ruth le cantaba al oído».