Apunto de cancelar la cirugía debido a que la presión sanguínea del paciente estaba alta, el Dr. Michael Haglund, uno de los mejores de cuello uterino del país, no se rindió sino que elevó una oración.
Pasados varios minutos, la presión sanguínea del hombre comenzó a bajar lo suficiente, pudieron anestesiarlo y la cirugía fue todo un éxito.
«El anestesiólogo entra a la habitación y dice: ‘Mike, no podremos hacer la cirugía». Después de cuestionar por qué se iba a cancelar la cirugía, el Dr. Haglund recordó que el anestesiólogo respondió: «Porque su presión arterial es como 220/120. No podemos poner a alguien a dormir con ese tipo de presión arterial», recordó el Dr. Haglund en una entrevista con CBN News.
Haglund pidió orar por el paciente antes de cancelar definitivamente la cirugía, a lo que el anestesiólogo respondió: «Bien, bien, lo que sea”.
El Dr. Haglund continuó orando por el paciente y su presión sanguínea eventualmente bajaría.
«Así que continúo, oro por él y se calma un poco. Pasó de 220 a 170», comentó el Dr. Haglund.
Sin embargo, la historia no terminó allí, un mes y medio después de la cirugía, el paciente volvió al hospital para decirle al Dr. Haglund que «algo ha cambiado».
“Lo veo a las seis semanas y entra. Me dice: ‘¿Conoces esa oración que oraste por mí?’ Y yo digo, ‘Sí’. Él dice «Algo cambió. Algo es diferente». Y así, allí mismo, en la clínica, nos gusta orar, y él aceptó a Cristo y, ya sabes, de eso se trata todo», dijo el Dr. Haglund.
Durante más de tres décadas, mediante la práctica y las oraciones del Dr. Haglund vidas han sido transformadas, pero su influencia ha ido más allá. Como cirujano de renombre, el Dr. Haglund no solo ha podido conversar con sus compañeros a nivel científico, sino también a nivel personal y espiritual.
El Dr. Haglund sabe que millones de personas han recibido ayuda a través de la medicina, pero eso no le hace dudar del poder innegable de la oración, que es lo que realmente cambia las vidas.
«Una vez que ves cuánto se mueve Dios, construyes esa fe en que Él está ahí, Él está siempre presente y Él camina por la vida contigo. Y no te das cuenta de cuántas cosas Él hace si miras un poco hacia atrás. Y creo que eso fortalece tu fe, ¿verdad?» dice el Dr. Haglund.