El día después de la explosión, que sorprendió a San Cristóbal, encontró a la sureña provincia sumergida en un profundo luto representado en el semblante de los curiosos, conocidos y familiares de las victimas que llegaban a la “zona cero” o epicentro de la detonación que dio pie a un siniestro que ha permanecido activo desde entonces.
Desde antes de las 9:00 de la mañana, brigadas de rescate del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), Defensa Civil y Cuerpos de Bomberos de diferentes localidades retornaron a la zona de desastre luego de una extensa jornada el del día anterior.
Bajo el candente sol característico de la provincia, los bomberos se lanzaron a la zona de desastre arriesgando sus vidas en el intento pero si dar a denotar ningún tipo de temor, empezaron la segunda ronda de una lucha a capa y espada contra el incesante fuego provocado por el estallido que aún resuena en la céntrica esquina comprendida por las calles Padre Ayala, esquina Jacinto Peynado, quedó vuelta trisas.
Este pulmón económico de la ciudad ya no respira igual, la explosión generó una sensación de incertidumbre y temor entre la población, al punto de que los negocios del centro estaban cerrados debido a la suspensión del servicio de energía eléctrica tras los daños al tendido que la suministra, los cuales fueron generados por el estallido.
A medida que pasaba la mañana, la incertidumbre crecía y continuaban llegando curiosos a la zona, unos en busca de información y otros buscando un tercero a quien contrales. Cada minuto contaba, lo que creaba un ambiente de tensión, que se percibía con tan solo dar algunos pasos detrás de la línea amarilla que delimitaba el espacio para que los transeúntes no contaminen la escena de la explosión.
Para las 9:35 de la mañana, la zona cero fue asegurada bajo un fuerte cordón de seguridad para el recibimiento del presidente de la Republica, Luis Abinader, quien hizo acto de presencia pasadas las 9:50 de la mañana.
Fuente :
https://listindiario.com/la-republica/20230816/san-cristobal-dia-explosion_768556.html