A la edad de 110 años, esta mujer estadounidense ha revelado que el secreto para vivir tantos años se debe a su fe en Jesús, lo que según ella, la ha mantenido con fuerza y le ha permitido sobrepasar diferentes circunstancias.
Viola Roberts Lampkin Brown ha demostrado sus capacidades al sobrevivir a distintos problemas mundiales a lo largo de la historia.
Ella tan solo tenía algunos meses de nacida cuando el «Titanic» se hundió en el Océano Atlántico Norte el 15 de abril de 1912. No tenía ni tres años cuando inició la Primera Guerra Mundial; y no fue hasta que cumplió los seis años que apareció la pandemia de la gripe española, en 1918.
Cuando tenía 7 años, ya estaba trabajando como empleada doméstica junto a su familia en un condado de Virginia, y experimentó décadas de discriminación cuando predominaban los problemas raciales en Estados Unidos.
Brown, quien nació el 4 de octubre de 1911, logró festejar su cumpleaños 110 el pasado lunes, coronándose como una de las personas más longevas de todo el mundo.
Sorprendentemente, no está vacunada, pero confía fielmente en que Dios la guardará en medio de la terrible pandemia del coronavirus, la enfermedad más mortífera que ha azotado su país.
Su cumpleaños la llevó a integrarse a un club exclusivo de personas de su edad, conocidos como los supercentenarios. Tras enterarse de su adhesión al grupo, atribuyó una vez más su fe en Dios como la fuente de su vejez.
«Me despierta por la mañana. Me dice lo que debo hacer. No me preocupo por las cosas», le dijo Brown a The Christian Post en una entrevista.
En el mundo, solo se han verificado 17 personas mayores que ella y que aún están con vida, por ello, la Junta de Supervisores del Condado de Clarke proclamó el 4 de octubre como el Día de Viola Roberts Lampkin Brown.
Andrew Roberts, sobrino de la supercentenaria, comentó que el estilo contagiosamente inspirador de su tía abuela junto con su fe inconmovible, son factores importantes que han ayudado en su longevidad.
«Mi experiencia personal no ha sido más que amor y alegría cada vez que estoy en su presencia. Nunca hay un minuto en el que Jesús no gotee de sus labios. Es como si ella lo encarnara. Todo lo que habla y hace, le da honor y alabanza a Dios. Me refiero a todo. Ella es una creyente literal», le dijo Roberts al portal de noticias anteriormente nombrado.
«Creo que una de las cosas, en términos de su longevidad, tiene que ver con su fe … No deja que muchas cosas la molesten. Tiene una gran capacidad para tolerar el estrés o simplemente para eliminarlo en su mayor parte porque está centrada. Ella está centrada en algo más grande que ella misma», añadió.
Un aspecto curioso que la familia de Brown destacó es que su fe la llevó siempre a tener una paz inquebrantable, lo que le permitió mantenerse sin medicamentos hasta los 101 años.
La rutina de la anciana también era bastante interesante, pues se mantenía a través de una alimentación saludable y lectura constante de la Biblia.
En la actualidad, ha revelado las claves de su longevidad para que otros puedan seguir su ejemplo y fortalezcan su relación con Dios, pues a ella le ha sido de gran ayuda.