«Un intento de magnicidio».
Así definió el oficialismo en Argentina lo ocurrido la noche del jueves en Buenos Aires, cuando un hombre apuntó con una pistola a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuando esta saludaba a una multitud que la esperaba a las puertas de su casa en el barrio de Recoleta, en Buenos Aires.
La vicepresidenta no resultó herida y el hombre fue detenido.
«El ataque a Cristina Kirchner es el más grave desde que hemos recuperado nuestra democracia», dijo el presidente Alberto Fernández en cadena nacional después de lo ocurrido.
«Este atentado merece el más enérgico repudio de la sociedad argentina porque afecta la democracia», agregó, a la vez que decretó feriando nacional este viernes en Argentina.
No están claras aún las circunstancias del suceso.
Qué ocurrió
Videos captados por teléfonos de varios testigos muestran el momento en el que apuntan con una pistola a la cabeza de la vicepresidenta, a solo centímetros de la dirigente, en medio de una multitud.
La pistola no se disparó pese a estar cargada, explicó el presidente Fernández.
«La vicepresidenta permanece con vida porque, por una razón todavía no confirmada técnicamente el arma, que contaba con cinco balas, no se disparó pese a haber sido gatillada».
Luego se ve a un guardaespaldas y a seguidores de la vicepresidenta detener a un hombre que, según confirmó la policía, es un ciudadano brasileño de 35 años llamado Fernando Sabag Montiel.
Cientos de simpatizantes de Fernández de Kirchner llevan días en los alrededores de su residencia, para mostrar su respaldo a la vicepresidenta después de que la Fiscalía pidiera para ella 12 años de prisión e inhabilitación para ocupar cargos públicos por presunta corrupción.
Fernández fue presidenta de Argentina entre 2007 y 2015 y asumió como vicepresidenta en 2019.
Qué se sabe del atacante
Se desconocen las motivaciones detrás del ataque.
El sospechoso fue identificado por la Policía Federal como Fernando André Sabag Montiel, nacido en Brasil en 1987.
De acuerdo con medios locales, tenía una causa judicial archivada luego de que en 2021 le encontraran un cuchillo en su carro.
«Una persona que es indicada por quienes estaban cerca de él, muestra un arma. Fue detenida por personal de la custodia, la apartan y se encuentra el arma», relató el ministro de Seguridad.
Sabag Montiel portaba una pistola Bersa 380 -fabricada en Argentina- cargada con cinco balas, según informó la Policía Federal.
La agencia estatal Télam indicó que el sospechoso fue trasladado a la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal Argentina en el barrio de Villa Lugano para su interrogatorio.
El ministro de Seguridad Aníbal Fernández dijo al canal de televisión C5N que el sospechoso estaba bajo custodia y que la policía realizaría un peritaje del arma.
«Ahora tiene que ser analizada la situación por nuestra gente de Científica como para evaluar las huellas y la capacidad y la disposición que tenía esta persona», indicó.
Reacciones dentro y fuera de Argentina
Tras el ataque, centenares de argentinos se congregaron frente a la casa de Fernández de Kirchner.
En un tuit, el ministro de Economía, Sergio Massa, afirmó que se trató de un intento de «magnicidio».
«Cuando el odio y la violencia se imponen sobre el debate de ideas, destruyen a las sociedades y se generan situaciones como la de hoy: un intento de magnicidio«, dijo.
El expresidente Mauricio Macri también expresó en Twitter su «repudio absoluto al ataque sufrido por Cristina Kirchner que afortunadamente no ha tenido consecuencias para la vicepresidenta».
Otros líderes políticos de la región se solidarizaron con Cristina Fernández tras el ataque, entre ellos el candidato presidencial de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente venezolano Nicolás Maduro y el expresidente boliviano Evo Morales. También el embajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley.
Contexto
Desde el fin de semana se han reportado enfrentamientos entre militantes kirchneristas y la policía de la ciudad de Buenos Aires frente a la casa de Fernández, lo que ha llevado a un mayor despliegue de seguridad en la zona.
El incidente tiene lugar en un momento en que las tensiones y la atención de la Justicia argentina giran en torno a la figura de Fernández.
La exmandataria está acusada de administración fraudulenta y de haber encabezado una asociación ilícita junto con su difunto marido, el expresidente Néstor Kirchner, durante los gobiernos de ambos (2003-2015).
Esta presuntamente se dedicaba a direccionar la obra pública en la provincia patagónica de Santa Cruz, que Néstor Kirchner gobernó durante más de una década antes de llegar a la presidencia y donde aún mantiene su residencia la vicepresidenta.
En su alegato final, el fiscal Diego Luciani aseguró hace unos días que «se trató de la mayor maniobra de corrupción del país» y dijo que perjudicó al Estado por más de US$1.000 millones, dinero que pidió fuera decomisado de los bienes de los acusados en caso de ser condenados.
Fernández, cuya defensa presentará su alegato final en el mes de septiembre, ha utilizado las redes sociales para afirmar su inocencia y asegurar que es víctima de un «pelotón de fusilamiento mediático-judicial».
Tras los sucesos del jueves, centrales sindicales de Argentina convocaron a una movilización el viernes en apoyo a la vicepresidenta.