La Unión de Farmacias advirtió sobre los riesgos que pueden correr las personas al comprar medicamentos en lugares que carecen del rigor técnico para dispensar productos de esa naturaleza en forma segura y con la debida orientación de profesionales farmacéuticos.
La entidad, que agrupa a más de 1,200 farmacias diseminadas por todo el país, reveló que hace varios años en el Ministerio de Salud Pública se intentó desnaturalizar la normativa de medicamentos para rebajar medidas y mecanismos de protección a los pacientes, queriendo con ello permitir la distribución de medicamentos de venta libre en colmados, mercados, gasolineras y otros establecimientos ajenos al sector salud.
“Ahora que hemos visto con gran consternación las denuncias de venta de sangre humana en colmados, bajo investigación de Salud Pública, consideramos oportuno llamar la atención a la población para que se cuide de adquirir medicamentos en lugares no autorizados”, proclamó la Unión de Farmacias en una declaración de prensa.
El gremio, que desde hace varios años ha estado opuesta a que se desnaturalice la regulación sanitaria, establece que la dispensación de medicamentos debe realizarse solo en las farmacias habilitadas por el ministerio, conforme a un rigor técnico, una vigilancia sanitaria y no en cualquier tipo de comercio.
Comunicó que las normas de higiene y vigilancia sanitaria que rigen a los colmados, mercados o estaciones de combustible no cumplen las previsiones que establece la Ley 42-01 general de Salud respecto a las garantías sanitarias exigidas para importar, exportar, elaborar, producir, maquilar, envasar, conservar, almacenar, transportar, distribuir, expender, comercializar y realizar todo tipo de contratación con relación a medicamentos.
Asimismo, indicó que los principios y disposiciones consignados en el Reglamento de Medicamentos (decreto 246-06), mitigan los riesgos de consumir medicamentos falsificados o adulterados y debe de robustecerse para garantizar el derecho a la salud.
Advirtió que la venta de medicamentos sin recetas en colmados y otros establecimientos, sin el rigor técnico de las farmacias y los profesionales farmacéuticos, abre mucho más las puertas a la falsificación y adulteración de estos, un mal que tiene vigencia actualmente en algunas ciudades y zonas del país.
“Esto pudiera conducir a afrontar situaciones de salud similares o peores a las que se han presentado con la adulteración de bebidas alcohólicas que en poco más de un año han segado la vida a más de 400 dominicanos”, resaltó.