Recientemente, un pastor sudafricano murió luego de colapsar mientras predicaba en su iglesia ante decenas de personas un domingo en la mañana.
El reverendo de la Iglesia Episcopal Metodista Africana, Bassie Jackals, murió el pasado 19 de enero, según las imágenes que circulan por las redes sociales.
En el vídeo se puede apreciar al pastor sentado en la parte delantera de la iglesia mientras predica, a su alrededor están todos los presentes.
Mientras el ministro parece desfallecer, los miembros de la congregación aplauden pensando que es parte del sermón, hasta que el cuerpo de pastor cae al suelo.
Según información de los medios locales, Jackals fue trasladado de urgencia al hospital, donde al poco tiempo fue declarado muerto.
La autopsia del ministro reveló que murió a causa de una presión arterial alta, ya que padecía diabetes.
«Oro para que la familia y los feligreses se recuperen de esto. #RIP Reverendo Jackals. De hecho, ustedes han peleado la buena batalla», escribió un usuario en las redes sociales sobre el vídeo.
Con apenas 42 años al momento de su fallecimiento, al pastor le sobreviven su esposa, Puleng Christina Jackals, y sus cuatro hijas.
Un llamado de atención
El pastor y autor zambiano, Walter Mwambazi, reflexionó sobre la vida de Jackals en la plataforma de Facebook.
«Sirvió como un pastor vibrante y dedicado de varias congregaciones de la Iglesia Metodista Episcopal Africana y más tarde se le dio la responsabilidad adicional de convertirse en un Anciano Presidente en la iglesia», escribió.
«Apasionado por levantar las almas de las personas a través de la predicación y la alabanza, dirigió varias organizaciones hasta su fallecimiento prematuro», añadió.
Para Mwambazi, la muerte del reverendo debería ser una «llamada de atención» para otros pastores; con la finalidad de que descansen y deleguen tareas a otros.
«La muerte de este hombre de Dios debería servirnos a todos como una llamada de atención, ¡por favor descansen! Tómese un descanso, tome un descanso, por favor, por favor Y encuentre una manera de compartir su responsabilidad y delegar. Levanta lugartenientes para que te ayuden con su obra. Es su obra después de todo, usted y yo somos solo vasos», plasmó el autor zambiano en su publicación.